Por protección de datos personales padrón de deudores no avanza: Seimujer
MORELIA, Mich., 1 de julio del 2016.- Vaya sorpresa se llevaron los adultos mayores y personas con discapacidades del Asilo del Cristo Abandonado, al ver que los uniformados de Gendarmería, de Policía Federal, pasaron por ellos para llevarlos al cine.
Los rostros felices de las cuidadoras y los residentes del asilo no podían disimularse, Alfonsito, como se le conoce a un adulto mayor que acostumbra andar siempre muy festivo, con una sonrisa enorme, y hasta con cierto nerviosismo de pequeño, fue de los primeros en tomar su puesto en la fila.
Se subió y tomo su asiento en el camión que la Gendarmería les rento. Le dijo a Quadratín que estaba feliz de ir al cine y que, estando ya en el lugar, iba a pedir sus palomitas y una ‘coquita’.
Momentos como estos no son todos los días para ellos, así que la emoción no podían disimularla. María Barragán, enfermera y cuidadora responsable de inquilinos, señaló que fue iniciativa de la policía: “Ellos se acercaron a nosotros y pues, que te digo… Felices”.
El grupo de 50 venerables fueron trasladados a Cinemex del centro comercial Altozano, en donde se dispuso una sala solo para ellos, se les dio un desayuno, sus bebidas y botana.
Los 25 policías lucían satisfechos con la labor, unos empujando sillas y otros sosteniendo brazos.
Nicolás Vázquez, residente del asilo, nos dijo sentirse bien con la invitación y con ganas de llegar al cine.
Al final de la jornada, policías y ancianos terminaron cansados, pero con buen sabor de boca. Llevaron a los venerables a su hogar y ellos a su patrullaje.
Ciertamente, la acción emprendida no va a cambiar al mundo mañana, pero saco del letargo cotidiano a esas personas que fueron abandonadas por sus familias. Les quitó por unas horas el recuerdo de lo que no volverán a ser, si es que lo recuerdan.
En tanto, los policías pueden ir practicando lo que tanto les pide la institución: Proximidad social. Pero si por alguna cosa lo olvidaran, bastaría con oler sus camisas, donde el aroma tan particular de las personas de la tercera se quedó impregnado.