URUAPAN, Mich., 16 de diciembre de 2018.- Diciembre es un mes de festividades, paz y alegría, aunque en algunos hogares ello se ve empañado, como le ocurrió a Olinda Villaseñor, una uruapense víctima indirecta de quienes celebran realizando disparos al aire.

Esta costumbre ocasiona la muerte de personas cada año. En 2017, Villaseñor vivió en carne propia esta situación. Su festejo de Navidad se vistió de luto: una bala perdida  le arrebató la vida a su hijo, Cristopher Logan.

“Tuvo que suceder esta desgracia en mi familia para organizar una marcha pacífica con el objetivo de concienciar a las personas y evitar que las antiguas, actuales y futuras generaciones usen las balas en sus celebraciones”, abundó Villaseñor.

La mujer hizo un llamado a una marcha pacífica por una Navidad sin balas, este 16 de diciembre, a las 16 horas, la cual partirá del templo de Guadalupe hasta el Centro Histórico.

“No lo hagas por mí, sino por tu familia e hijos. Te lo pide una madre que ya no podrá abrazar a su hijo, como tú puedes hacerlo”,  expresó.

Cada año se registran casos de muerte por balas perdidas en festejos navideños o de fin de año, producto una costumbre que por generaciones ha vendido la idea de que disparar al aire es una manera de celebrar.