MORELIA, Mich., 24 de marzo de 2019.- Mujeres y hombres trans de diversas entidades del país han tenido que migrar a Ciudad de México para recibir un tratamiento endocrinológico para la reasignación de sexo, ya que en estados como Michoacán las instituciones de salud se escudan ante la falta de un manual de acción para ello.

Esto, a pesar de que desde el año 2017 existe un protocolo que se aprobó a nivel nacional para garantizar el acceso a la salud sin discriminación para las personas LGBTTTI, que contempla la atención psicológica y la terapia endocronológica para la conversión de sexo de hombres y mujeres que nacieron en otro cuerpo.

“Usualmente en psicología sí atienden y dan el siguiente paso, pero vas a endocrinología y es ahí en donde no hay forma de llevar a cabo el tratamiento”, dijo Edén Irene Valdivia, coordinadora de la Red Michoacana de Personas Trans.

La activista señaló que conoce solamente dos casos de personas que están llevando a cabo un tratamiento hormonal en el IMSS Michoacán, pero que dependió de la buena fe de los médicos especialistas y no de la atención al protocolo.

“Sé que el ISSSTE ya está abriéndose paso para esto también, sin embargo, es el IMSS el que es más renuente para atender a personas trans y es por la excusa de que no tienen un protocolo para llevar a cabo ese protocolo (nacional), que no saben cómo hacer que en farmacia te den las hormonas”, manifestó.

En el estado, la Red Michoacana de Personas Trans ha identificado únicamente seis casos de mujeres trans y dos de hombres trans, que en 2017 se encontraban en un tratamiento endocrinológico para la reasignación de sexo.

Los casos de Ciudad de México y Jalisco

Valdivia señaló que estados como Jalisco ya están llevando a cabo terapias hormonales mediante una clínica de especialidad, y esperan que en Michoacán pronto pueda implementarse un programa similar para garantizar la atención.

En Ciudad de México, la Clínica Especializada Condesa también ofrece tratamiento hormonal a las personas trans que buscan cambiar de sexo, mediante el Seguro Popular para las personas que no cuentan con seguridad social. Ahí es donde acude Edén Irene desde hace dos años para una atención controlada.

“A mí me tocó moverme de estado para tener mi atención garantizada. Es un factor muy común de personas trans que estamos migrando para recibir atención médica. Es un triste turismo médico en el que hay que residir en Ciudad de México para poder tener esta atención”, lamentó.

Aunque la clínica padece desabasto de testosterona desde hace unos ocho meses, y que es indispensable para la terapia que reciben hombres que fueron asignados mujeres al nacer, ofrecen alternativas para que las personas adquieran los medicamentos por cuenta propia.

Pierden derechos a la salud

Otra de las dificultades que atraviesan las personas trans en las instituciones de salud, llega después de cambiar legalmente de documentos, como en el caso de un acta de nacimiento, pues pierden derecho a recibir atención médica.

“Hombres trans, ya con documentos de hombres, son cuerpos con vulva, sin embargo, no pueden pedir atención médica ginecológica, por ejemplo, porque no hay un formato para que un hombre pida atención ginecológica en temas de quistes o embarazos. Pierden derecho a esta atención”, apuntó.

De acuerdo con Valdivia, no existe excusa para que el personal y las instalaciones de salud no estén a la altura de protocolos nacionales.

Otras alternativas

En esta búsqueda de encontrar soluciones, la comunidad trans en Michoacán ha podido identificar alrededor de cinco endocrinólogos particulares en Morelia que manejan terapias hormonales y de testosterona para el cambio de sexo.

Sin embargo, acceder a ellos no resulta económicamente posible para todos, ya que se necesitan estudios para iniciar con el tratamiento, además de unos mil 500 pesos mensuales para comprar hormonas para las mujeres trans y unos 200 pesos para adquirir testosterona para los hombres trans.

Y es que las consecuencias de auto medicarse, sin la supervisión de un médico especialista, puede generar daño hepático, aumentan los riesgos de sufrir una embolia, o presentar problemas de quistes o matriz.