MORELIA, Mich., 31 de octubre de 2016.- Alrededor de seis hectáreas de la zona núcleo de la reserva de la biosfera de la mariposa monarca es la cobertura esperada que realizará el lepidóptero a su arribo a los santuarios en Michoacán, señaló Guillermo Haro Belchez, titular de la Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente (Profepa).

Esta cifra implicaría, de concretarse, un crecimiento del 50 por ciento respecto de las cuatro hectáreas contabilizadas en 2015 que ocupó la mariposa monarca, así como un 200 por ciento superior a las dos hectáreas observadas en 2015.

Haro Belchez expuso que esta mejoría en las poblaciones que del insecto llegan al país para pasar la temporada invernal se ve apuntalada por una reducción el del 40 por ciento en la tala en la reserva de la biosfera de la mariposa monarca, que comprende 55 mil hectáreas.

Recordó que en las inmediaciones de Zitácuaro en los últimos años de han reforestado aproximadamente 154 mil hectáreas, lo que ha contribuido a la recuperación del hábitat de la mariposa monarca y a favorecer las condiciones para la estadía del insecto.

Este avance, que ha sido certificado por el Fondo Monarca, ha sido posible no sólo por la intervención de las corporaciones estatales destinadas años prevención y combate de los delitos ambientales, como la Gendarmería Ambiental, que ha iniciado algunos operativos de verificación en el estado, sino por la colaboración de mil 600 ejidatarios y 85 comités.

Recordó que el lepidóptero permanecerá en territorio nacional de noviembre de 2016 a marzo de 2017, lapso durante el cual residentes y visitantes de la entidad podrán acudir a los santuarios abiertos al público para presenciar uno de los organismos que realizan migraciones en la entidad.

La tasa de deforestación actual, un indicador que afecta el arribo, permanencia y retorno de la mariposa monarca en México, es al momento de 90 mil hectáreas por año, un 75 por ciento por debajo del registro de 25 años atrás, cuando alcanzaba 350 mil hectáreas anuales.

No obstante, la meta a alcanzar en 2030 es una tasa cero, lo que implicará intensificar esfuerzos como los que se realizan en la reserva de la biosfera de la mariposa monarca para evitar la pérdida o degradación de los ecosistemas vinculados a las áreas boscosas del país.