MORELIA, Mich., 25 de abril de 2019. – ¡Es Gera el que se metió a la casa, es tu papá Christian! Gritaba David Otlica Avilés pidiendo ayuda, mientras que el suegro le apuntaba con la pistola y su compinche lo sostenía por el cuello.

Estos fueron los últimos momentos en que fue visto con vida por su esposa Christian Ambriz, porque al verse expuesta, supuestamente, salió de la casa a buscar ayuda. Dejando atrás la desgarradora escena de un esposo luchando por su vida y a su padrastro reclamando un dinero que aparentemente el alcalde tenía a su resguardo en su domicilio.

No obstante, la escena que podría parecer verosímil, la Fiscalía tiene uno de los casos más complejos de los últimos años, porque son inconsistentes las declaraciones de la mujer de David y de la propia suegra, además de que existían amenazas en contra del alcalde de las que su pareja y su padrastro estaban al tanto.

De acuerdo a los datos de prueba presentados en la audiencia pública de la causa penal 54/2019, la puerta de la casa de David no fue violada, levantando la sospecha de los compañeros de trabajo del ex alcalde, que incluso ya lo estuvieran esperando aquel trágico martes que llegó a las 1:30 horas.

También se informó a la jueza Amalia Hernández que el padrastro de Christian, el imputado de nombre Gerardo A., avisó que acudiría a San Isidro a visitar a la pareja, a raíz de que Christian se quejó de problemas al interior del matrimonio.

Los problemas de la pareja fueron causados por un viaje de fin de semana a Guanajuato, con motivo de la Semana Santa; vacaciones que se tomó solo David con sus hijos y tres funcionario más del ayuntamiento, hecho que derivó en que el matrimonio dejara de compartir casa.

Un tercer móvil del crimen que está en el tintero, es un recurso del ayuntamiento 400 mil pesos que tenía resguardado en su casa, del que pocos sabían, pero que se ignora quienes de la familia estaban al tanto, porque no le fue comunicado al juez en la audiencia de esta tarde.

La investigación apenas comienza sobre el homicidio, el detenido es solo uno hasta ahora, el padrastro de la viuda, pero aún falta el cómplice, un hombre apodado como El Motor, al que Gerardo A. conoció estando recluido en el penal de Lázaro Cárdenas por homicidio calificado.

Por ahora, la situación legal de Gerardo está en puntos suspensivos, porque se pidió la duplicidad del término constitucional, por lo que no será sino hasta el próximo martes que se conozca si hay o no vinculación a proceso.