MORELIA, Mich., 16 de enero de 2020.-  En la comunidad de Tócuaro, del municipio lacustre de Erongarícuaro, no solo se trabaja la madera; existe un grupo de artesanas que trabajan los bordados y los textiles en algodón. No tienen problema para conseguir sus insumos, pero sí se enfrentan constantemente al regateo de sus piezas.

Socorro es una artesana de Tócuaro que realiza trabajos textiles desde que tenía 11 años; “empecé a bordar y de ahí fue que me fui trabajando hasta ahorita, ya que tengo 57 años”, explica a este medio mientras guarda sus piezas y sus instrumentos de trabajo; estuvo bordando mientras se llevaba a cabo una rueda de prensa para anunciar una expo artesanal en ese lugar.

Por lo general, no tiene ningún problema para conseguir su materia prima porque los proveedores que tienen están en Pátzcuaro, “ellos se encargan de llevarnos nuestro material para trabajar”, asegura.

Saca una blusa que exhibió en la rueda de prensa y la muestra; “con esta me tardé 15 días en su elaboración, y esto de acá”, dice señalando los bordados, “esta cuesta 700 pesos” Asegura que la gente le sigue regateando, le han pedido que se las deje en 300, “yo les digo que no se puede”.

No es posible regatear, aclara, porque están dejando la vista y los pulmones en el trabajo. “Hay gente que no nos valora y quieren que se los regalemos; sí se pueden regalar, pero pues es mucho trabajo el que hacemos. Esto es para el mantenimiento de la familia”, dice la mujer mientras sigue guardando sus piezas.

Explica que ella mantiene una parte de su casa con el trabajo que realiza, apoya a su marido porque él trabaja la madera; “yo lo apoyé en lo que él hacía mi casita; yo lo apoyaba con lo mío para solventar a mis hijos, para que ellos comieran”, cuenta la mujer que tiene cinco hijos y 12 nietos.

Les ha transmitido el conocimiento del bordado de textil en algodón a sus hijas, nueras y nietas sobre todo, “algunos quieren agarrarlo y otros no, otros agarran lo de la madera”, dice y deja en claro que su trabajo se lo ha enseñado a las mujeres de su casa.

“Yo empecé a trabajar viendo a mi mamá, a mis hermanas, yo veía que mi mamá ganaba dinero y dije: ‘yo también voy a poder un día’, y pues sí pude la verdad. De hecho me traje el primer premio nacional en rebozo de Tlaxcala, esto fue en 2017”, cuenta a Quadratín.

Como la blusa que muestra a este medio, dice que puede hacer alrededor de tres en un mes, y de camisa de hombre, explica, “como esa de deshilado”, dice señalando una, “eso lo hacemos en alrededor de 15 días, unas dos por mes”, concluye la artesana.