MORELIA, Mich., 23 de abril de 2019.- Después de meses de interminables controversias legales, este martes murió el más acérrimo defensor del sistema partidista y rival del Concejo Indígena de Nahuatzen, pero con su fallecimiento David Eduardo Otlica Avilés deja atrás a un pueblo agitado ¡Sumido en la división política..! ¡Sediento de confrontación!

La madrugada de este martes la tranquilidad de su casa, y de su familia, fue interrumpida para siempre. Civiles armados a bordo de un coche y una camioneta Patriot entraron por la fuerza a su hogar en la comunidad de San Isidro y se lo llevaron por la fuerza para nunca volver.

David Otlica Avilés fue privado de la libertad y su cadáver hallado unas horas después sobre la carretera Coeneo–Cortijo El Viejo, a la altura de Las Mesas, también municipio de Coeneo, una pequeña población cercana a la carretera Morelia – Zacapu.

¡En el asesinato hubo crueldad y tortura! El cuerpo, su último vestigio habló por él, por Otlica Avilés. Ambos ojos los tenía morados por los golpes, también el pecho y las costillas; su camisa estaba bañada en sangre y sobre su frente grandes coágulos todavía frescos al momento de ser levantado el cadáver.

Según datos de los servicios periciales, de la Fiscalía General de Michoacán, la causa muerte que arrojó la necropsia fue: hemorragia intracraneal, secundaria a traumatismo craneoencefálico, con herida por instrumento corto contundente. Pero en palabras sencillas, le dieron un machetazo en la cabeza, y de paso dejaron dos huérfanos, un niño de 5 años y una peque de 9.

Además del dolor que la muerte llevó a su familia, la partida de Nahuatzen hizo enardecer a los vecinos de la comunidad que lo apoyaban, que votaron por el sistema de partidos el año pasado.

Después de haberse confirmado su deceso, la gente salió a las calles, se plantó frente a la casa comunal de Concejo Ciudadano de Nahuatzen e inició la confrontación, porque ante los ojos de un grupo de pobladores quienes están detrás del asesinato de David Otlica son justamente los miembros de esta autoridad indígena, a quienes Otlica Avilés denunció pública y legalmente el pasado mes de noviembre de delitos como amenazas, secuestro y agresiones a él y funcionarios de ayuntamiento.

Este pleito con el Concejo de Nahuatzen lo hizo público el pasado 4 de noviembre: “la gente ya se está organizando por si sola… Porque ya está harta, cansada, de esta situación. Es cuestión de tiempo para que se vuelva más complicado. Esperamos no haya muertos”, fueron sus palabras.

Aquella denuncia, por las agresiones en contra de sus funcionarios llevó a la detención, vinculación a proceso y prisión preventiva oficiosa de cuatro miembros del Concejo y, también hay que decirlo, volvieron las diferencias en un asunto irreconciliable.

Esta situación se repitió con los concejos de Sevina y Comachuen, quienes demandaban la entrega del presupuesto directo, con todo y que reconocían que no existían los mecanismos para transparentar el ejercicio de los recursos sin necesitar de David Otlica, así como que faltaba dinero por comprobar por parte de estas autoridades, situación que llevaba a la confrontación permanente.

Esta tarde Nahuatzen llora a su alcalde. Lo esperan con un altar, con flores y velas en lo que un día fue el Palacio Municipal, manzana de la discordia entre el Concejo y el ex perredista. Todo resguardado por la Policía Michoacán, que desde esta tarde custodia el pueblo. Sin embargo, los padres del que fuera alcalde del Partido de la Revolución Democrática (PRD), han optado que la sepultura será en Morelia.