MORELIA, Mich., 17 de octubre de 2019.- Alfonso Durazo se escucha seguro y convencido del papel que le asignaron en la Cuarta Transformación, y por ello advierte que aunque no escogió la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, “debo decir que la acepté, y al aceptarla lo hago con todo el nivel de seriedad, responsabilidad y formalidad que implica”. Y, acto seguido, conjura las especulaciones: “el 21 está muy lejos, y aún lejos está Sonora. Ya quisiera yo tiempo para dormir, no para estar pensando en la Gubernatura”. No se hace bolas y evoca: “coincido con lo que dice el presidente López Obrador: quien esté pensando en futuras responsabilidades de carácter político, que deje de una buena vez la responsabilidad y se vaya a construir posibilidades en esos espacios políticos a los que aspira. Yo estoy al cien, al mil en la tarea de cumplir con la responsabilidad a la que me invitó el Presidente de la República”.

El titular de la SSPC dialoga vía telefónica con Quadratín. Apenas unas horas atrás ocurrieron los hechos violentos en Aguililla, Michoacán, y Tepochica, Guerrero, que arrojaron 13 policías estatales y 15 civiles armados muertos, respectivamente. “Creo que esos acontecimientos tan dramáticos no necesariamente descalifican la validez de que el Gobierno de la República cuente con un instrumento como la Guardia Nacional para combatir la inseguridad”, pues la nueva institución —con cinco meses de operación— ni ha crecido en la dimensión que se requiere porque necesita tiempo, ni ha tenido tiempo para madurar institucionalmente.

En paralelo, explica, estamos impulsando el fortalecimiento de las policías estatales y municipales y, aunque no nos guste escucharlo, esto va a llevar tiempo. Si el proceso de descomposición del país que llevó los parámetros o indicadores de inseguridad a niveles históricos es producto de un proceso de décadas, de sexenios, no lo vamos a resolver de un día para otro. Sería irresponsable plantearlo desde esos términos. “Lo que sí puedo decir es que no hemos perdido un solo minuto de nuestro esfuerzo para generar las condiciones que nos permitan mejorar la seguridad en el país. Ya tenemos la Guardia Nacional, modificamos el artículo 19 constitucional para cerrar la puerta giratoria, al ampliar de nueve a 17 los delitos que ameritan prisión preventiva; hemos mejorado la Ley de Extinción de Dominio para facilitar el aseguramiento de bienes y recursos del crimen organizado”, recapitula.

Y resalta que, por ejemplo, históricamente hemos escuchado hablar de los objetivos prioritarios del crimen organizado, y se han detenido innumerables líderes, sin embargo, no recuerdas tú ni el auditorio un solo caso en el que se haya congelado una cuenta, en el que se les haya asegurado un bien, por ejemplo, al famoso Chapo Guzmán. Absolutamente no se recuerda. Estamos trabajando también en esa vertiente, porque una parte fundamental de la seguridad es precisamente debilitar la capacidad financiera del crimen organizado. Hemos avanzado también, de manera extraordinaria, en el combate al mercado ilícito de combustibles.

CÁRTELES, INFERIORES AL ESTADO MEXICANO

—¿Hay algún criminal u organización delictiva que tenga más poder, estructura, capacidad que el Estado Mexicano?

—Absolutamente no. Están muy, muy lejos de tener capacidad de retar a las autoridades locales o nacionales. Lo que sucede es que su audacia, su atrevimiento, sus niveles de violencia impactan entendiblemente de manera muy importante en términos mediáticos. Por ejemplo, no hubo una acción propiamente de enfrentamiento contra los policías de Michoacán, sino una emboscada que tuvieron oportunidad de preparar, lo que significa que hubo eventualmente alguna fuga de información que les permitiera conocer las actividades o los planes de este grupo de policías estatales, y por eso es que pudieron ser exitosos. Pero cuando hay enfrentamientos, invariablemente se sobrepone el entrenamiento, la capacitación y el sentido del deber de los elementos integrantes de los cuerpos de seguridad pública. Tampoco festejamos que en el caso de Guerrero haya sido muerto un número importante de civiles armados pertrechados con armas largas que dispararon a elementos del Ejército, y que el Ejército controló rápidamente la situación en función de su profesionalismo. Están muy lejos las organizaciones criminales de tener una capacidad dominante, lo que no significa que no tengan capacidad para hacer daños, lastimar a la sociedad, sobre todo tener algunos eventos de alto impacto mediático como los que conocimos en Michoacán y Guerrero.

—¿Qué trabajos se realizan en coordinación con los otros Poderes e instancias, sobre todo para atender los puntos en donde se genera la inseguridad y detectar las causas de los ilícitos?

—Tenemos que asumir que el combate a la inseguridad es una responsabilidad del Estado Mexicano, y aunque suene muy retórico, involucra a los tres niveles de Gobierno, a los tres poderes, incluso a la sociedad misma. Con los otros Poderes, hemos recibido un gran apoyo del Congreso de la Unión para la generación, aprobada por unanimidad, de la GN. Para la aprobación por unanimidad de las leyes reglamentarias. Con el Poder Judicial hay una comunicación que muy probablemente no se ha dado en la historia en el ámbito del respeto en la autonomía que le debemos a ese poder. ¿Cuándo habían escuchado, por ejemplo, que un ministro estuviese bajo investigación o que jueces o magistrados colegiados fuesen suspendidos como ya sucedió en Jalisco? En fin, hemos ido avanzando. No podemos hacer todo de un jalón y menos todo al mismo tiempo, pero estamos dotando al Gobierno de los instrumentos imprescindibles para hacer exitoso el combate a la inseguridad. La Policía Federal, por poner un ejemplo, en diez años no creció un solo elemento. Solo recontrató a dos mil nuevos reclutas para reponer a los que se retiraban de la organización, es decir, no tuvo crecimiento. Nosotros ya tenemos una GN que tiene una dimensión del doble de la PF y estamos reclutando, solo este año, 21 mil 170 elementos. Yo sé que es muy difícil pedirle a la gente paciencia, que nos espere, pero si la inseguridad es producto de un largo proceso de descomposición, no lo vamos a reparar de la noche a la mañana. Tenemos que construir todos estos elementos con los que nos comprometemos a dar una respuesta adecuada a la gente en materia de seguridad.

Alfonso Durazo resalta asimismo la encuesta de esta semana del Inegi que reporta “un ligerísimo punto de inflexión. Acabamos de presentar resultados del primer trimestre del año, también basados en datos del Inegi y del Secretariado Ejecutivo y vemos en este primer trimestre un ligero quiebre en la tendencia del crecimiento de la violencia. Esto significa que lo que estamos haciendo empieza a representar, de manera perceptible, algunos resultados y ¿qué es lo que estamos haciendo? Primeramente, combate a fondo de la corrupción. ¿Por qué es importante para nosotros este tema? Porque dentro de un aparato público con altos niveles de corrupción como el que recibimos el uno de diciembre, hay cuerpos que han representado el emblema de la corrupción y esos fueron lamentablemente los cuerpos de seguridad. Ahí hemos avanzado de manera muy importante. Número dos, rediseño de las instituciones de seguridad. Se crea la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, pero más importante aún, se crea la Guardia Nacional (GN). Iniciamos el proceso constitucional para su creación el uno de febrero y a escasos ocho meses tenemos ya una GN con 72 mil hombres desplegados en el país, que si sumamos el personal logístico y administrativo, debemos hablar ya de una institución de 92 mil hombres. Eso no es suficiente. Vamos a agregar 21 mil 770 nuevos elementos para que ascienda a 150 mil en 2021. Y el otro punto importante es el nuevo modelo nacional de policía, que tiene que ver con el mejoramiento de las policías estatales y municipales, mejoramiento que es imprescindible para que estos cuerpos de seguridad puedan acompañar de manera profesional a la GN, y hay por supuesto otras iniciativas y vertientes estratégicas…