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MORELIA, Mich., 29 de noviembre de 2016.- Propietarios de fincas y casonas instaladas en el Centro Histórico de Morelia liderado por Eduardo Rubio Elosúa, denunciaron que poco más de 70 por ciento de estas edificaciones se encuentran en deterioro y sin oportunidad de poder recibir trabajos de restauración, ya que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) solamente tiene 85 propiedades inscritas dentro del Sistema Único de Registro Público de Monumentos.
A través de una serie de documentos que los propietarios de las fincas proporcionaron a los medios de comunicación, se dio a conocer que el padrón de inmuebles que presentan techos y muros caídos abarca poco más de 300, contradiciendo los archivos y listados que el INAH cuenta como monumentos históricos.
Asimismo, explicaron que Ante la presencia del arquitecto Arturo Balandrano, Coordinador Nacional de Monumentos Históricos, el pasado 10 de noviembre se celebró una reunión privada en la ciudad de Morelia con 35 propietarios y prestigiados y el coordinador nacional de monumentos del INAH, Arturo Balandrano.
Derivado de esta reunión que duró poco más de cuatro horas, los asistentes pudieron expresar su descontento en contra del supuesto maltrato que ha recibido del Instituto Nacional de Antropología e Historia, principalmente de la sección de Monumentos de la delegación INAH Michoacán.
Denunciaron que no existe una normatividad clara y específica respecto a lo que se puede y no se debe hacer en un predio baldío que el INAH considera monumento histórico inmueble, de manera que quienes llevan proyectos bien intencionados para su autorización, enfrentan criterios obtusos por parte de los peritos, lo que implica pérdida de tiempo y dinero.
Señalan dentro del documento que la Ley Federal de Monumentos y Sitios Arqueológicos, Históricos y Artísticos, por un lado es injusta con los propietarios de los inmuebles ubicados dentro de la llamada zona monumental y por otro lado deja en libertad a los peritos para aplicar la ley a su criterio y conveniencia, han manipulado a su arbitrio las leyes y reglamentos, siendo ellos, con su actuación tan intransigente y prepotente los principales responsables del deterioro.
Con estos antecedentes, los propietarios exigen una explicación por parte de las autoridades del INAH sobre las causas del abandono y lineamientos para definir que propiedad entra o no dentro de la lista de edificios históricos, ya que las 300 propiedades afectadas pueden colapsar si no se atienden de forma urgente.