Denuncia comunicadora de Pátzcuaro ser víctima de violencia
MORELIA, Mich., 6 de junio de 2018.- Con miras a lograr la certificación de la Asociación Norteamericana de Correccionales (ACA), inserta dentro del Plan Mérida, la Coordinación del Sistema Penitenciario ha sometido a cada interno del Centro de Reinserción Social de Apatzingán, incluido el ex comandante Tonatiuh, detenido el año pasado, a un meticuloso estudio psicológico y criminalístico, para generar actividades personalizadas.
Desde el primer momento en que se hizo el cambio a este penal, los internos fueron sujetos de evaluaciones con expertos para generar planes específicos de trabajo, de atención psicológica y también contra las adiciones.
Pero no es solo por la acreditación, también el objetivo de las evaluaciones es satisfacer las necesidades emocionales, espirituales y ocupacionales que repercutan en el corto plazo en su reinserción social.
El proceso de instalación de talleres de artes y oficios está aún en construcción, las autoridades del Centro trabajan de la mano con los capacitadores del Instituto de Capacitación para el Trabajo del Estado de Michoacán (Icatmi), para ir decidiendo cuáles serán los oficios de mayor interés, sin perder de vista las normas de seguridad internacionales.
Por ahora ya está funcionando el taller de costura con algunas máquinas, buscando con ello emular el trabajo que se hace en el Centro de Uruapan, taller que ha dado frutos y cuyo esfuerzo ha permitido uniformar a todos los internos de Apatzingán, quienes llevan puesto un color de ropa para estar en sus dormitorios y otro para moverse a un área distinta, ello para que los agentes de seguridad interna puedan ubicarlos rápidamente desde las ocho torres que sobresalen del penal.
Aunado a los talleres, instituciones educativas privadas llevan al penal programas para que quienes ahí se encuentran purgando pena, o en proceso, terminen su educación básica, incluso hay inquietudes de los internos por comenzar estudios de posgrado.
En esta tarea de mejorar el último eslabón de la impartición de justicia, la Coordinación del Sistema Penitenciario mantiene estrictos controles de higiene en las cocinas, tanto que parecen de hospital, tienen su propia máquina purificadora de agua y están ya listos los materiales para la panadería y tortillería, creando así un penal autosuficiente.