Evoluciona el trabajo editorial: se impulsa la perspectiva de género
MORELIA, Mich., 20 de febrero de 2018. – La iniciativa de rotular espacios públicos con alguna de las cinco lenguas originarias en Morelia, así como en municipios de origen indígena, es celebrada por morelianos sondeados por Quadratín.
Esta campaña de la Comisión Estatal para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CEDPI) es vista por los morelianos como una oportunidad para acercarse a otras lenguas originarias, fortalecer las raíces de los michoacanos, a los pueblos indígenas y orientar a quienes hablan una lengua distinta al castellano.
Alejandro Pedraza, Javier y Salvador coincidieron con que la rotulación de los dos idiomas es bueno para los ellos. “para la población indígena es bueno, porque se pueden comunicar de manera sencilla”, “ayuda a las personas que hablan otros idiomas a entender” y “Es valioso para que la gente se pueda ubicar y llegar al lugar que pretende”.
Asimismo, Alejandro, Norma y Jennifer aseguraron que es una oportunidad para que “se fomentan los idiomas, o dialectos indígenas”, “Es muy bueno porque hemos perdido mucho la cultura nativa de Michoacán…” y “Es bueno, porque también se da difusión a estas culturas”.
Esta posibilidad también abrió la puerta al interés de aprender una lengua originaria en quienes fueron cuestionados, como Jennifer y Norma, que frente a las cámaras sostuvieron sentirse interesadas por aprender alguna de las cinco lenguas dominantes en Michoacán.
Al 2010 el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), advierte que en Michoacán se registraron 132 mil 892 hablantes, en su mayoría de origen Purépecha con más de 117 mil hablantes, mientras que el último lo eran las lenguas mixtecas.
Sin embargo, se calcula que en la última década se ha perdido el 70 por ciento de la población que tenía como lengua materna una lengua originaria.
La riqueza de los idiomas nativos en Michoacán data de antes de la Conquista Española, ya que mientras el gigante Azteca dominaba y sometía a los pueblos con las armas, los Purépechas acostumbraban extender su territorio a través de alianzas.
Las uniones entre los pueblos que vivieron bajo el imperio de los tarascos eran de carácter religioso y político, se otorgaban territorios a cambio de respeto y adoración a las deidades principales, así como por lealtad al rey y defensa del territorio de posibles enemigos.
Con estas alianzas llegaron a Michoacán otomíes, matlazincas, náhuatls, cuicatecos, mixtecos, entre otros, que se asentaron en las zonas fronterizas llegando a extenderse el Imperio Purépecha desde Guerrero a Guanajuato, Jalisco, San Luis Potosí, Colima y parte de Querétaro.