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PÁTZCUARO, Mich., 5 de diciembre de 2020.- Cinco días han transcurrido del mes de diciembre, y la plaza Vasco de Quiroga, la principal de Pátzcuaro, aún no luce el Nacimiento Monumental que suele ponerse año con año. Sin embargo hay visitantes, y los propios del Pueblo Mágico también pasean en sus alrededores.
Los trabajadores no paran su labor; desde largas escaleras se trepan a la estructura del arbol navideño monumental, que ya va tomando forma, pero solo el esqueleto; será cuestión de tiempo.
Las familias conviven en las bancas de la plaza, pese a que una buena parte de las personas no lleva cubrebocas, aunque en algunos lugares, para entrar a la plaza, se señala que es un sitio covid, que está restringido el acceso.
Hace frío pero no como en otros años. Una mujer abriga a sus hijos que de mala manera aceptan la chamarra. Hay vendedores ambulantes de baratijas, algunos más venden comida, y parece una verbena este sábado en el centro de este pueblo mágico michoacano.
Cinco días han transcurrido del mes de diciembre, y aunque no está terminado el Nacimiento Monumental, ya se siente la Navidad entre las personas; algunos lugares muestran luces multicolores, los chiquillos corren de un lado a otro riendo, bajo el cuidado de los papás, nadie lleva cubrebocas, como si los niños no se contagiaran de covid. Se siente una felicidad que no admite realidades pandémicas.
En cada uno de los jardines de la plaza los trabajadores apresuran el paso; mueven de un lado a otro materiales como madera, papel y metal, contrastan trabajando para poner los adornos navideños, con la gente paseando y comiendo algo. “Ya casi terminan”, dice una señora a otra en referencia al adornando de la plaza, y sí, la gente parece esperar que se prenda un año más ese árbol monumental en la plaza Vasco de Quiroga, que aún permanece como una estructura metálica y esquelética.