MORELIA, Mich., 27 de octubre de 2020.- Magdalena Castillo viaja con regularidad de Lázaro Cárdenas a Morelia, para que su padre, quien padece cáncer pancréatico, pueda recibir cuidados médicos en el Centro Estatal de Atención Oncológica.

Los gastos que realiza para trasladarse y para la estadía de tres personas en Morelia son considerables, pero encuentra en el albergue de Hogar Emaús un apoyo y un espacio seguro para su familia.

Hospedaje, alimentación, acompañamiento y, sobre todo, seguridad, son los elementos que llevan a Magdalena Castillo y su familia a acudir a Hogar Emaús cuando se ve en la necesidad de arribar a Morelia para el tratamiento médico de su padre.

Desde 2013, Hogar Emaús brinda estos servicios a las familias de pacientes hospitalizados; en los últimos años, son más de 200 mil personas, procedentes de diferentes partes de Michoacán, pero también de Guanajuato, Guerrero y Jalisco, las que han contado con la organización fundada por Salvador Carrera en el trance de la enfermedad de sus seres queridos.

De acuerdo con Salvador Carrera, son tres instalaciones en Morelia las que opera la organización y da servicio a una media de 100 personas cada día, con la expectativa de incrementar esta capacidad, ya que “en la medida en la que las necesidades van creciendo queremos estar presentes”.

Las tres casas, sitas en la zona centro, reciben a cualquier persona que tenga un familiar hospitalizado y requiera de un sitio para dormir, alimentos y un lugar para resguardarse, explica Patricia García, trabajadora social, pero también ayudan a las personas que se niegan a abandonar las inmediaciones de los hospitales, sobre todo, Civil e Infantil, y deciden pernoctar en espacios públicos, para estar cerca de sus enfermos.

“Les llevamos comida, los atendemos, si no tienen ropa, en nuestro bazar pueden adquirir algo o lo reciben en donación, lo importante es ayudar a la gente cuando está en los momentos más difíciles”, refiere.

Las áreas de trabajo social de los nosocomios envían a los familiares de sus pacientes, cuando así lo precisan, a veces, en condiciones críticas, por lo que además de atención a sus necesidades materiales inmediatas requieren de ser escuchados, ser acompañados.

“Nos llega gente que nos dice que ya no hay nada qué hacer por sus enfermos, nos llegan sin ropa, sin nada, más que lo que llevan puesto, pero aquí podemos darles lo que haga falta, trabajamos mucho para que las personas, sobre todo las más vulnerables, estén seguras”, indica Patricia García.

Hay una cuota de recuperación, de 40 pesos por persona por noche, aunque también se hacen estudios socioeconómicos a los usuarios para determinar si pueden pagarla; de cada 10 usuarios, sólo uno o dos solicitan ese apoyo.

“Se les hace barato, a veces incluso nos quieren pagar más, porque les damos el espacio para descansar, tres comidas al día, un kit con ropa de cama, los ayudamos a buscar hospitales y laboratorios para sus estudios médicos, lo que se precise”, explica la trabajadora social.

Áreas de dormitorio para mujeres, dormitorio para varones, dormitorio mixto, para los pacientes que necesitan acompañamiento y asistencia de sus familiares, cocina, comedor y lavandería conforman el grueso de las tres casas de Hogar Emaús.

En particular, la cocina se encuentra en funciones de forma continua, ya que diariamente prepara una media de 150 raciones de alimentos.

“Hoy serán nopales y frijoles, con agua de avena y tortillas; para la cena, un arroz con leche, una avena, café, gelatina, y en el desayuno, algo similar”, expone Ángeles Ramírez, encargada de la cocina.  

La preparación de alimentos comprende la elaboración de dietas específicas para pacientes con requerimientos nutrimentales específicos, como enfermos de cáncer o insuficiencia renal, además del menú general, que se complementa para la cena con aportaciones voluntarias.

“Nosotros nos sostenemos no de apoyos gubernamentales, que no los hay, ni de las cuotas de recuperación, sino de las donaciones y aportaciones de voluntarios que creen en nuestra labor y confían en nosotros”, agrega Salvador Carrera.

En general, la operación de las tres casas le representa al patronato de Hogar Emaús una erogación mensual de 300 mil pesos.

“Tenemos un patronato muy generoso, siempre dispuesto a ayudar, y un equipo de jóvenes que trabaja intensamente para ayudar a las personas más desprotegidas, en sus momentos más vulnerables”, reitera.

Magdalena Castillo, desde la litera que ocupa en el albergue de Hogar Emaús, asiente.