Alejandro Sanz, el regalo para las mamás michoacanas

MORELIA, Mich., 10 de mayo de 2024.-El regalo del Día de las Madres por parte del Festival Michoacán de Origen registró un lleno total, ya que estuvo abarrotado el Morelos para el concierto de Alejandro Sanz, tras una distribución de boletos que no estuvo libre de controversias.
A cuentagotas en un principio y después con más constancia, fue llenándose el estadio Morelos para el concierto, ya que las puertas abrieron desde las 17 horas.

En algún momento se caldearon los ánimos, y un grupo nutrido de asistentes se brincó de sección tumbando unas vallas e incluso aventando a policías que se encontraban resguardando los límites. Otro grupo amenazaba con hacer lo mismo e invadir la sección delantera del estadio Morelos. Todo esto cuando aún faltaba como media hora para empezar el concierto.
Ya más tranquilos los ánimos, arrancó el concierto pasadas las 21 horas. Inició con un video hablando de anécdotas, y después se escucharon los acordes de un mix con distintas canciones a coro, para arrancar con No es lo mismo, al grito de "¡Michoacán!".

Siguió Lo que fui es lo que soy, y al terminar saludó al respetable mientras se escuchaba Quisiera ser. Al piano, después presentó a algunos de sus músicos. "Qué hacemos Michoacán", preguntó, "¿nos vamos de viaje?, continuó. Pidió luz para ver a la gente y la invitó a un viaje de dos horas guiado por él, en un trato de reciprocidad con el público. Asi se arrancó con El alma al aire, y enseguida Hoy llueve, hoy duele.
Cantó Camino de rosas para presentar a la banda que lo acompaño, integrada también por mujeres, porque además de las coristas y cantantes, el ibérico llegó con una bajista y una baterista.

Los viajes son buenos por la compañía, dijo al público, porque los sitios hermosos no son tales si se va con la compañía incorrecta, expuso y cantó enseguida Deja que te bese, con Chris Hierro, su tecladista.
Tras una pausa breve y desde la oscuridad, surgió con la Fuerza del corazón donde la gente le acompañó cantándola. Ahí, ya sin pausa, siguió Siempre es de noche que arrebató aplausos y gritos.
Continuando con el viaje musical, Sanz cantó Iba, y después, con una gran ovación del público, interpretó Cuando nadie me ve, ante la mirada de miles de michoacanos. "¡Michoacán, vamos a volar, para afuera lo malo!", gritó cuando concluía la canción.

Yo no quiero un -pinche- amor civilizado, cantó el madrileño tras explicar la cercanía y el cariño por Joaquín Sabina, compositor del único tema que cantó sin ser suyo, Contigo, "porque amores que matan nunca mueren…yo no quiero Michoacán sin ti".
Siguió hablando de sitios, lugares y las compañías, y dijo que ningún lugar "se compara con un ratito asi, donde estamos comunicándonos, diciéndonos cosas". Destacó que este era un día especial por ser Día de las Madres y dedicó una canción a todas las madres del mundo incluida la suya que ya falleció, la loba, dijo, a quien le pidió hasta el cielo por un buen concierto en Michoacán. Así interpretó con Karina Paseante, una de sus coristas, Looking for a paradise.
Con Amiga mía, el público se le entregó más, y vino entonces una parte con ritmos caribeños que puso a bailar a algunos, y con ella se perfilaba ya el final del concierto que presentó por primera vez a Alejandro Sanz en un escenario en la capital michoacana.

Lo malo de un viaje, dijo, es que se llega a la última estación. Así, el madrileño se despedida de la noche moreliana, de la noche de las madres. "Amenazo con volver", dijo antes de despedirse e interpretar Corazón partío.
Pero el público, fiel a su condición, gritó el clásico "¡otra!, ¡otra!", y tras la demora, la gente prendió la luz de sus teléfonos, lo que ocasionó que el español regresara y se rifara el final del concierto con una versión acústica en guitarra de Viviendo de prisa, y con otra versión también acústica en piano de ¿Lo ves?, y así dejar la ciudad entregada y con una noche larga y melancólica, justo antes de una breve lluvia.

Ya con el chipi chipi, el madrileño levantó una enorme ovación por su regreso al escenario del Morelos cuando todo se veía perdido. Ahí se aventó un popurrí con otros de sus temas más conocidas como Mi soledad y yo, ¿Y si fuera ella?, y Ese último momento, y con ello realmente fueron dos horas de viaje músical.
Pero ahí siguió el cantautor español, quien como colofón entregó solo una estrofa de Pisando fuerte, tema que pedía la gente. Eso ocasionó la gritería del público, "¡hasta siempre! ¡los quiero un chingo! ¡hasta la próxima, muchas gracias!", gritó Sanz cuando al fin llegó el fin.