MORELIA, Mich., 3 de noviembre de 2018.- Ya en días anteriores las autoridades estatal y municipal habían manifestado que la capital michoacana encontraría gran afluencia turística para la Noche de Muertos, con una ocupación hotelera al 100 por ciento. Este viernes 2 de noviembre se hizo palpable; el centro de la ciudad estaba abarrotado.

Entre las calles del primer cuadro de Morelia, catrines, catrinas y personajes de ultratumba deambulaban, algunos ofertando las leyendas, otros para ofrecer tomarse  una ‘selfie’, y otros más simplemente por el hecho de disfrazarse, de ir acorde a la fecha con la figura de la calaca.

Algunas plazas y jardines aún conservaban las velas y veladoras, las cuales les dieron una atmósfera muy particular, como si de ofrendas en panteones se tratara. Eso llamó la atención de propios y extraños que por minutos se quedaron observando la tenue luz que desprendían.

“¿Esta noche también en los panteones se lleva a cabo el rito?”, preguntaba una joven colombiana a un oficial de policía, quién le respondía que ya no, que la traición sólo dictaba como noche de velación el lapso entre el 1 y 2 de noviembre.

Llamaba la atención el ir y venir de autobuses de turismo por la avenida Madero, algunos parándose para bajar personas, otros haciendo lo suyo pero para subirlas, lo que dio cuenta de la afluencia de visitantes al tope.

Desde que empiezaba a anochecer hasta casi medianoche, la ebullición de los turistas es demasiada. Aprovechando la ocasión, se encontraban ofreciendo su música las tunas estudiantiles, uno que otro cantante. Hay un juego de pelota en la plaza Melchor Ocampo, y es impresionante por la destreza que muestran los participantes que practican el uarhukua.

Los altares de distintos comunidades purépechas que se encuentran en la plaza Melchor Ocampo,  son cubiertos con plásticos para evitar que se dañen, porque la gente se prepara para desmontarlos. Los  altares son de Ihuatzio, Tzintzuntzan,  San Jerónimo Purhenchecuaro, Santa Fe de la Laguna, Janitzio y algunas otras comunidades de la ribera del lago de Pátzcuaro.

Día de Muertos, y como todo también muere, y aunque la fecha cayó en viernes y creó un puente, a partir de este sábado poco a poco todo irá volviendo a su cauce, a la espera de la celebración del año siguiente, donde otra vez vendrán las almas de quienes partieron al otro mundo.