Detecta CEDH con dibujos violencia, estrés ambiental y escolar en niños
MORELIA, Mich., 12 de noviembre de 2015.- El robo a mano armada de un automóvil Jetta Blanco, modelo 2013, considerado en el Código de Procedimientos Penales como robo calificado grave, es el primero que será resuelto, en la región Morelia, dentro del sistema de justicia adversarial y oral.
En punto de las 9:00 horas de este jueves, en la sala de oralidad uno del Palacio de Justicia José María Morelos, la jueza presidenta del Tribunal, María de la soledad López Ortiz, declaró iniciada la audiencia para resolver la causa 23/2015 que se prevé se prolongará, al menos, hasta el próximo martes.
En el transcurso, la fiscalía deberá demostrar la responsabilidad de un inculpado recluido en el Centro de Readaptación Social para Delitos de Alto Impacto de Charo, mientras que la defensa expondrá que sólo se trata de un joven padre de familia víctima de las desigualdades del sistema ya que únicamente logra empleos eventuales por no haber terminado la primaria.
El juicio avanzará lento, ya que entre la fiscalía y la defensa suman más de una decena de testigos del atraco, y tan sólo el testimonio de la víctima llevó casi dos horas, ya que el ministerio público como el abogado defensor la atosigaron con tantas preguntas, que provocaron la incomodidad del público, por lo que la jueza tuvo que
llamar al orden para que dejaran de murmurar y gesticular ante la necedad de las partes.
Además, uno de los testigos se encuentra interno en el Centro para Delitos de Alto Impacto y, de acuerdo con la ley, no puede ser trasladado, motivo por el que el tribunal deberá constituirse este viernes en el reclusorio. Se desconoce el tiempo que pueda durar la diligencia debido a los desplazamientos.
Otro de los testigos está convaleciente de una enfermedad por lo que se pidió el apoyo del tribunal para su traslado, y a uno más no le dieron permiso de faltar en su trabajo, por lo que fueron citados de nueva cuenta.
Ante ese escenario, la jueza presidenta preguntó en varias ocasiones a la fiscalía si no prefería aplazar el juicio, pero la oferta fue rechazada ya que varios testigos más sí estaban presentes, incluida la víctima, una mujer joven.
En calidad de testigo, la víctima contó que el 9 de abril, alrededor de las 21:30 horas, estaba en un vehículo afuera de la casa de una amiga, en la colonia Vasco de Quiroga, platicando y comiéndose un vasolote. Cuando su amiga se bajó, dos sujetos se le acercaron, uno de ellos le puso una pistola en la cabeza y el otro le quitó su bolsa y sus collares; la amiga gritó y cuando ella volteó, otros dos sujetos se acercaron por el lado del piloto, la bajaron del auto, le quitaron la bolsa y se fueron
en el auto.
Las dos amigas ingresaron a la casa, y mientras ella, la víctima, hablaba con su madre por teléfono para avisarle lo ocurrido, tocaron a la puerta; eran los vecinos que habían visto todo a través de la cámara que recién instalaron porque hacía unos días les habían hecho lo mismo y les informaron que ya habían llamado a la policía.
Poco tiempo después volvieron a llamar a la puerta. Eran policías que llegaron a avisarles que habían encontrado el vehículo reportado y tenían un detenido. Subieron a una patrulla y cuando llegaron al lugar donde estaba el coche, en su interior había varios objetos más que no eran de su propiedad, como una lap top, una tableta y varias bolsas más.
Le preguntaron entonces si reconocería al sujeto que había detenido y ella lo identificó plenamente. Posteriormente acudió al Ministerio Público a presentar su denuncia. Dos días después la llamaron para que fuera a identificar nuevamente al ladrón entre otros cinco.
Sin embargo, los alegatos iniciales del juicio, que empezaron a complicarse porque la víctima no recordaba el número del motor, ni de la serie que le demandaba el fiscal, acabaron de enredarse porque la defensa del imputado le preguntó a la víctima si un policía le había mostrado una fotografía, y ella lo negó, por lo que la hizo leer un párrafo de su denuncia, en la que se leía que cuando llegó al Ministerio Público un policía le mostró una fotografía, con la que identificó al imputado.