Participa Michoacán en asamblea nacional de seguridad
MORELIA, Mich., 21 de agosto de 2015.- Un árbol de limón en la banqueta de una casa, en alguna calle de Morelia, recuerda permanentemente al propietario que un día atropelló a una quinceañera y su pena es cuidarlo hasta que dé frutos.
Ese fue el acuerdo con los padres de la joven que murió en el accidente, ocurrido hace tres años y que, tanto a él como a la familia de la adolescente también les estaba costando la vida; a él porque la culpa no lo dejaba dormir; a ellos, el resentimiento y la frustración.
Aunque se trató de un homicidio culposo el proceso judicial fue complicado desde la integración de la averiguación previa, pero pasado el tiempo, calmadas las emociones, aceptaron la intervención de un mediador del Centro Estatal de Justicia Alternativa y Restaurativa del Poder Judicial de Michoacán.
Para entonces los padres de la adolescente muerta estaban a punto de separarse, responsabilizándose mutuamente del descuido que tuvieron con su hija porque no le había hecho su fiesta de 15 años; ya ni culpaban al conductor del vehículo que, sin intención, le arrancó la vida.
Y ese fue el acuerdo al que llegaron, el conductor llevaría flores a la tumba de la joven y plantaría un limón que cuidará hasta que dé frutos porque los limones son lo que más le gustaba, tanto que decía: “cuando termine mi carrera y trabaje y compre mi casa, lo primero que haré será plantar un limón”.
El mediador que cuenta la historia todavía se conmueve al recordar que, dando seguimiento al acuerdo, se acudió al domicilio del conductor, de unos 35 años, a comprobar que el limón había sido plantado y es cuidado, acción con la que los padres se sienten compensados por su pérdida.
“Entonces las partes se abrazaron y lloraron. La mamá le dijo al conductor: ´De mi parte no hay rencor, si hubo responsabilidad lo perdono’ y se despidieron”, contó el mediador.
De eso se trata la justicia restaurativa, dentro del nuevo sistema de justicia penal, restaurar el tejido social, cuando se rompe por algún delito, mediante la conciliación y el perdón, más que de la prisión.
Tampoco se trata de pagar una multa o una indemnización porque, como en este caso, una vida no se puede restaurar con dinero, comentó el mediador quien prefirió guardar el anonimato.