CIUDAD DE MÉXICO, 13 de febrero de 2016.- Todos somos necesarios, especialmente aquellos que no cuentan por no estar a la altura necesaria, aseguró el Papa Francisco durante su primera misa en México.

 

Ante miles de católicos reunidos en el templo mariano, el Sumo Pontífice dijo que la Virgen María llama a todos no dejarse vencer por los dolores y sus tristezas.

 

“Así como se hizo presente al pequeño Juanito, de esa misma manera se sigue haciendo presente a todos nosotros”, expresó el Papa Francisco en una emotiva misa.

 

En su discurso, el Santo Padre leyó un pasaje evangélico donde recordó las palabras que le dijo la Virgen María al Santo indígena Juan Diego, cuando se apareció en el Cerro del Tepeyac y le encargó llevar un mensaje de esperanza a toda la sociedad mexicana.

 

“En ese amanecer Dios despertó y despierta la esperanza de los pequeños, de los sufrientes, de los desplazados y descartados, de todos aquellos que sienten que no tienen un lugar digno en estas tierras.

 

“En ese amanecer, Dios se acercó y se acerca al corazón sufriente pero resistente de tantas madres, padres, abuelos que han visto partir, perder o incluso arrebatarles criminalmente a sus hijos”, dijo Francisco en su discurso. Decirle “Mirarte simplemente, Madre, dejar abierta sólo la mirada; mirarte toda sin decirte nada, decirte todo, mudo y reverente”, pronunció.