Localiza FGE con vida a un hombre en Jiménez con reporte de desaparecido
MORELIA, Mich., 1 de abril de 2016. – En dos años van ya 20 quejas por desaparición forzada contra autoridades de seguridad pública presentadas ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos.
Según el órgano protector, durante el año de 2014 se atendieron 19 casos, en tanto que en el 2015 únicamente se presentó una queja.
La dependencia con mayor número de acusaciones de esta categoría es la Secretaría de Seguridad Pública en Michoacán, con 6 quejas; seguida por la Procuraduría General de Justicia del Estado, con 4 casos; y, en el tercer sitio, se ubica la Secretaría de Seguridad Pública Federal, con 3.
Otras dependencias con menos número de casos es la Procuraduría General de la República, Secretaría de Marina, la Dirección de Seguridad Pública de Apatzingán y Ziracuaretiro.
Cabe destacar que del total de estas 20 quejas por desaparición forzada, seis ya fueron remitidas a la Comisión Nacional de Derechos Humanos, por cuestión de competencia.
Lo cual puede interpretarse que al menos esto seis casos se encuentran documentados y respaldados de tal forma que han agotado los recursos legales en el Estado, por lo cual atañe ahora a una instancia federal.
A nivel nacional, la CNDH anunció a en su informe de junio del 2014 que se encontraba investigando ya 2 mil 443 casos documentados de desaparición forzada en el país, mismos que contaban con información suficiente en el cual se relacionaba la desaparición de esos civiles con acciones de las fuerzas de seguridad pública.
La desaparición forzada en México alcanzó sus años más críticos en la década de los 70´s con los llamados escuadrones de la muerte, según testimonio de Roberto Cuellar, ex presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, para la tesis de doctorado de Laura Teresa Sánchez, de la Universidad Iberoamericana.
Roberto Cuellar habría señalado que en sus primeras visitas a México las hizo formando parte de un equipo de investigación dirigido por gente de Inglaterra para conocer las operaciones de los llamados “escuadrones de la muerte”, a los que se les identificó entonces como militares vestidos de civiles, que acababan con la vida de luchadores sociales, pero con el modus operandi de un homicidio del fuero común.
En Michoacán el caso más sonado de desaparición forzada, porque así fue decretada y reconocida por la Comisión Nacional de Derechos Humanos y la Corte Interamericana de Derechos Humanos, es el de la familia Abdallán Guzmán, perpetrado en el marco de la llamada “guerra sucia”.
Del seno de la familia fueron sustraídos y desaparecidos José de Jesús Guzmán Jiménez y sus cuatro hermanos, entre ellos, el Amafer Guzmán, miembro de la guerrilla durante la etapa más crítica de la lucha estudiantil.