Vinculan a proceso a presunto extorsionador; se hizo pasar por sacerdote
MORELIA, Mich., 28 de febrero de 2014.- Jugar, “a lo que sea”, es determinante para los niños en su desarrollo personal, para construir conocimiento, resolver los problemas que enfrentan y para desarrollar esquemas mentales ante la adversidad, además de que les ayuda a crecer y madurar físicamente; sin embargo, el 20 por ciento de los niños michoacanos no juega “a nada”.
El dato es preocupante, pero todavía no ha sido analizado ni contextualizado por investigadores de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), que están realizando un estudio sobre los derechos de los niños a solicitud del Sistema Integral para el Desarrollo de la Familia (DIF).
Los hallazgos de las psicólogas Ana María Méndez Puga y Fabiola González Bárcenas y del economista Ramiro González, permiten afirmar, además, que es un mito que el juego se haya individualizado con la tecnología, ya que la mayoría de los niños mantiene vivos los juegos tradicionales y populares en los que no se requiere más que el propio cuerpo para divertirse, acaso una pelota o una cuerda.
Perduran, incluso, juegos como la lotería, aunque prácticamente confinados a festividades religiosas como las de La Inmaculada, San Diego o San Antonio, en las que más que divertirse el fin es ayudar a las parroquias, principalmente entre los adultos que se todavía se permiten jugar.
Jorge Sánchez, por ejemplo, es un hombre que espera con ansia las fiestas de La Inmaculada para ir a jugar a la lotería y no lo hace solo, acude con toda su familia:
-¿Seguido viene a jugar lotería?
Si, bastante, casi desde que empiezan las fiestas aquí en La Inmaculada, venimos a jugar
-¿Porque le gusta?
Un rato de diversión y más, aparte cooperamos con el templo.
-¿Viene con su familia?
Sí, mis hijos, nietos, esposa.
Hace buen negocio con esta familia el templo.
Sí, venimos seguido
¿Y ganan seguido?
Bastante, lo que tenemos en la casa lo hemos ganado aquí, a veces nos llevamos vaporeras, ollas de presión, bastantes cosas.
¿Han armado la cocina con regalos de la lotería?
Bastantes, seguido venimos y nos llevamos cuatro o cinco regalos.
-Y juegas de varias tablillas, ¿cuánto se gastan cuando vienen?
Cuando venimos a jugar nos gastamos como 60 pesos pero siempre nos llevamos buenos regalos. A lo que nos gastamos, lo que nos llevamos es más.
En casos como el de la familia Sánchez, el juego “ayuda a los niños en la atención, en la memoria porque no se tienen que distraer, entonces el proceso cognitivo es importante en el desarrollo y ayuda a la cohesión familiar porque están enfrentándolo juntos y se divierten porque, además, se ríen por el que la está cantando, como lo dice, o el que se le pasó y ya todo mundo le dice para la otra, para otra”, indicó Ana María Méndez Puga, directora de la Facultad de Psicología de la UMSNH.
La lotería es un juego que hasta a Dios le divierte, según Héctor Guzmán, quien la canta desde hace 26 año en La Inmaculada y aunque señaló que la Biblia no dice nada al respecto, seguramente cuando era niño debió jugar:
¿Cuántos años tiene en la lotería?
26 años, con este.
¿Y qué tal, cada vez hay más gente o menos gente?
Como que se está recuperando esta tradición de la lotería.
¿Hubo un momento en que se perdió?
En los años que yo tengo poco a poquito ha ido aumentando.
¿Qué es lo que usted piensa que le gusta a la gente?
Aquí vienen a divertirse a desestresarse.
¿Vienen familias enteras?
Vienen familias completas, hay personas que desde que empieza la lotería hasta que termina, les encanta jugar la lotería.
¿Cuánto cuesta jugar?
Cuatro pesos cada tablita.
¿Pueden jugar con varias?
Las que guste la gente hay personas que juegan 3 o 4 cartas, hay unas que de una o de a dos.
¿Es un juego de la parroquia o de usted?
Es de la parroquia yo vengo a colaborar.
¿Cómo un trabajo de buen cristiano?
Así es.
¿Cuánto tiempo le dedica a este trabajo?
El domingo a las seis de la tarde ya estamos aquí hasta las 10 y media u 11 de la noche, entre semana a las 7 y media vamos empezando hasta las 10 de la noche.
¿Qué le satisface a usted, entregar un regalo?
Hay muchas cosas, primero servir a Dios y a nuestros semejantes, al dar un servicio para que la gente se divierta es una satisfacción y hacerlo por amor es una gran satisfacción para mí; aquí no cobramos nada todo es por amor a Dios y a nuestros semejantes, como lo decía el padre Sierra, se lo ofrecemos a Dios y él se encarga de compensarnos.
¿A dios le gustaran los juegos?
Yo pienso que sí. También se debe de divertir aunque la biblia no dice nada de eso pero cuando era niño debió haber tenido algún juego y claro este es un juego sano, familiar y muy bonito además; a mí me gusta ver a la gente que está esperando una carta y ya viene y gana otra persona, ¡chin! me faltaba una y ya venía enseguida, dicen
Ajá, se divierte mucho además.
Sí, es mi hobby, como dicen.
La influencia de la fe en los juegos es polémica pero algo que la psicología ha estudiado son los factores que hace a una persona a enfrentar la adversidad:“la autonomía, la autoestima, las redes sociales, el tener a alguien preocupado por mí, que yo me preocupe por otro, que me descentre un poco de mí, que noeste ensimismado, que ante la adversidad que estoy viviendo pueda pensar en otro, esos son factores importantes y un factor que se ha descubierto también como muy importante es la espiritualidad, no necesariamente de ser de una religión u otra sino como me relaciono con la naturaleza, con los seres, con el universo, como pienso respecto a algo que no está, eso también es importante, se ha encontrado que personas que están con mucha dificultad y tienen una red social amplia y tienen una disposición a la espiritualidad pues resurgen de ahí”, indicó la investigadora nicolaita.
Como el popular juego de la lotería, otros que se jugaban hace medio siglo siguen vigentes y son tan variados como niños hay pero los que declararon en la encuesta encargada por el DIF son los que tienen que ver con los deportes como el futbol, vóleibol, basquetbol (sonlas respuestas que más se repiten) pero también juegan al atletismo, carreras, a la pelota, “a los deportes”.
Otros que también implican ejercicio físico como las atrapadas, policías y ladrones, rescate, cebollitas, bailar, brincar la cuerda, los encantados, la roña o la traes, andar en bicicleta.
Los niños de hoy también juegan a las clásicas canicas, a las escondidas, a los carritos, a los oficios y profesiones como a la doctora, a la escuelita, a la estética, a la maestra, a la tiendita, a ser albañil, a ser modelo y pocos al intelectual ajedrez.
La familia nuclear está presente en los niños cuando juegan a la familia, a la mamá, a los hermanos, a la casita o a la comidita aunque también lo hacen con animalitos; prácticamente juegan a “todo”, a “casi todo”, a cualquier juego “sano”, a “muchas cosas”, a “nada”.
A veces utilizan video juegos, computadoras, teléfono celular,ipad; entran al Facebook o chatean, pero ellos lo ven como un juego, no como lo consideran los adultos: una pérdida de tiempo, indicó la doctora Méndez Puga.
“Eso nos dio gusto porque pensamos que iban a responder puros videojuegos.
Son los juegos a que nosotros jugábamos, son juegos tradicionales”.
Aunque para dar una conclusión de la salud mental de los niños michoacanos, con base en sus juegos se requiere más evidencia empírica, la investigadora dijo que:“en lo general veo niños que se divierten, veo niños que tienen, lo que llamamos en psicología, muchas capacidades para salir de la adversidad”.