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MORELIA, Mich., 9 de febrero de 2016.- A una semana de que el Papa Francisco arribe a Morelia, la mayoría de los balcones de la antigua Calle Real son ataviados con banderas de El Vaticano y de las paredes penden lonas en las que se le da la bienvenida al pontífice.
Prácticamente a ras del suelo continúa la limpia de las pintas con aerosol sobre las canteras que realizan los diversos grupos sociales cuando salen a manifestar sus inconformidades, mientras en las azoteas comienzan a aparecer toldos que rompen el paisaje arquitectónico de la colonial Morelia.
El más nuevo de los toldos apenas estaba siendo colocado la tarde de este martes en la casona que está al costado nororiente del Palacio de Gobierno y, aparentemente, servirá para resguardar el equipo de televisión que transmitirá las actividades que tendrá el obispo de Roma afuera de la Catedral.
Como se ha informado, a su llegada a la Catedral el Papa dará un saludo a líderes de religiones cristianas pero no católicas y, a su salida, recibirá de manos del presidente municipal, Alfonso Martínez Alcázar, las llaves de la ciudad.
Hasta ahora, las autoridades municipales han permitido todo lo que está prohibido por reglamento de Anuncios y el de Conservación del Centro Histórico, con tal de que los morelianos muestren su fervor religioso.