Buscan soluciones a la medida para tratamiento de agua en Michoacán
MORELIA, Mich., 31 de enero de 2016.-Un trabajador promedio encargado de recoger la basura en las calles de la ciudad, gana el salario mínimo, que equivale a 73 pesos diarios, ganando a la quincena con las compensaciones entre mil 300 y mil 500 pesos.
El salario mensual que reciben estos trabajadores apenas superaría entre 261 a 700 pesos la línea de bienestar para las personas en medios urbanos de México, según el Coneval en 2012 que era de 2, 329 pesos.
Esta humilde, pero exhaustiva labor la desempeñan desde las 7 de la mañana hasta las 3 de la tarde, afirma el señor Modesto Herrera de 66 años.
Diariamente los trabajadores se reúnen en sus respectivos centros de trabajo para luego trasladarse a las áreas que les corresponde barrer y limpiar, así lo describe Melania García de 58 años de edad, misma que lleva ya más de 14 años laborando en la dependencia.
Por otro lado, muchos de estos trabajadores se enfrentan a la necesidad de mantenerse en el trabajo a pesar del salario bajo, ya que muchos de ellos son persona de la tercera edad o sin formación profesional, a los que ya les son cerradas las puertas con facilidad.
En cambio, el empleo que les otorga el ayuntamiento puede llegar a representar muchas ventajas a personas como Modesto Herrera, que en 12 años de servicio no ha dejado de recibir atención médica en el seguro, y además, gozó del beneficio de despensas antes de que las suspendieran hace siete años.
Aunado a las ventajas de este oficio, es el caso de Agustín Gallardo, quién lleva 12 años en el oficio, se integran la satisfacción de sentirse útil, no depender de los hijos y tener poder adquisitivo que se ve reflejado en el autoestima de los adultos mayores.
Sin embargo, estas ventajas pueden no notarse a simple vista cuando se piensa en que muchos de los trabajadores de la tercera edad que laboran en esta dependencia municipal ya están en el ocaso de su vida, muchos aun no tienen base y la posibilidad de acceder a un retiro digno con pensión, es un sueño guajiro.
Por ahora ningún trabajador de los no sindicalizados, no cuentan con el apoyo de las despensas que antes recibían y según testimonio de Dora Ramirez Romero de 58 años la actual administración tampoco se ha comprometido a resolverlo.
A modo de conclusión y con mirada triste Agustín Gallardo “ganamos los premios-refiriendose al Jumil de Oro y la Escoba de Platino-pero nosotros no ganamos nada, somos los chiquitos, los olvidados”.