Mantiene Compesca canales de navegación en el lago de Pátzcuaro
MORELIA, 24 de mayo de 2016.- El ayuntamiento de Morelia tomó una decisión incorrecta al podar los árboles hábitat de las garzas sobre el Río Chiquito, además de que no atendió recomendaciones de expertos y mintió sobre el respaldo de Greenpeace para esa decisión, externaron investigadores del Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad (IIES) de UNAM campus Morelia.
En rueda de prensa los investigadores y activistas ambientales, hicieron señalamientos sobre el daño al medio ambiente que se ocasiona con la destrucción de dicho hábitat por ayuntamiento hace unas semanas, a pesar de propuestas de conservación, ya que las garzas prestan servicios ambientales importantes para la ciudad.
Patricia Ávila, investigadora IIES, manifestó que derivado de la acción unilateral del gobierno municipal de interpuso una denuncia ante la Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente (Profepa), “la acción del ayuntamiento ciudadano fue sobre propiedad federal, sin tomar ninguna medida para cuidar el medio ambiente”.
Explicó que se carece de una visión ciudadana, desde el ayuntamiento en contexto, donde la destrucción ambiental esta en boga como lo demuestra la contaminación de cuerpos de agua y destrucción de bosque que se realiza en la ciudad.
Elisa Maya Elizarraraz, bióloga por la UNAM y experta en ecología de aves, “hay que hacer hincapié en garza ganadera, es una especie originaria de África que llegó en 1963 esta muy adaptada que anda de tras de especies rumiantes”.
Indicó que a pesar de que es una especie exótica, han cumplido un papel importante en cuanto a los servicios ambientales que prestan como controlar plagas de insectos que pueden afectar la salud humana y cultivos.
Además de que no está demostrada su afectación a la salud humana, argumento que usó el ayuntamiento para podar los arboles.
Pablo Jaramillo López, investigador del IIES experto en recuperación de suelos y restauración de hábitats, expuso que tenían una propuesta que hicieron al ayuntamiento y que sigue vigente por lo que esperan consolidarla para recuperar el hábitat.
Consiste, dijo, en el lavado de los árboles para aminorar los olores del guano de las garzas, además de colocar una capa de aserrín debajo de los arboles para que absorban el excremento de las aves e incluso que pueda ser usado como abono, además de delimitar la zona para que sea un “santuario urbano”.
Carmen Huelva, activista ambiental, manifestó que se puso en contacto con Greenpeace, la cual señala que no respaldaba la acción del ayuntamiento y que tampoco el departamento de Ornitorrincología de la Universidad Michoacana respaldó la decisión.
Los investigadores señalaron que esperan que el ayuntamiento colabore en resolver el error que cometió de la mano de los expertos y los ciudadanos.