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URUAPAN, Mich., 5 de octubre de 2015.- Ante las consecuencias negativas a la salud humana y al medio ambiente por el uso de agroquímicos están surgiendo en Michoacán laboratorios en los que se reproducen insectos y parásitos para su uso como control de plagas de una manera sana y económica.
Uno de esos laboratorios es Bio Chrys, dirigido por el doctor Francisco Javier Avendaño Gutiérrez quien explicó que económicamente, son insectos y parásitos muy importantes ya que presentan valor como agentes de control biológico de plagas en cultivos al descubierto, sistemas protegidos, áreas forestales, reservas naturales, áreas urbanas y zonas ganaderas.
Aunque se les encuentra de manera natural en diversos cultivos, en regiones como la Tierra Caliente, para su uso como control de plagas es necesario cultivarlas y eso se hace en su laboratorio ubicado en esta ciudad, muy cerca del Hospital Regional.
Entre los insectos que producen están las chrysopas, mundialmente reconocidos como especies benéficas aún cuando son depredadores, pero de las plagas que afectan los cultivos como pulgones, piojos harinosos, escamas, mosquitas blancas, inmaduros de diaforina, paratrioza y trips, así como de diversos ácaros como la araña roja,
cristalina, y eriofidos.
También producen la avispita “teibolera”, como le llama Avendaño Gutiérrez a la Trichogramma, por la serie de movimientos que realiza, muy eficiente en los huevecillos de mariposas que en estado joven son las principales plagas en cultivos como caña de azúcar, hortalizas, maíz, sorgo, aguacate, fresa.
En estado larvario se alimenta, día y noche, de gusanos como el bellotero, tabacalero, elotero, cogollero, del fruto, de la bolsa y otros con nombres más coloquiales como los gusanos alfiler, soldado o peludo, entre más de 150 insectos plaga que atacan.
El proceso para su reproducción inicia con la captura de los insectos en los campos de Nueva Italia y aunque parece un proceso sencillo requiere sobre todo de higiene, temperatura y humedad, incluso de sonido en el proceso de la siembra, la oviposición, el desarrollo, la inducción a la oviposición y la liberación en campo, explicó el doctor Avendaño Gutiérrez.
Durante un recorrido por el laboratorio que tiene capacidad para producir insectos y parásitos para controlar 500 hectáreas mensualmente sobre todo de cultivo orgánicos ya que no son muy populares entre los agricultores, muchos de ellos cautivos de los apoyos gubernamentales, entre ellos los agroquímicos.
Sin embargo, aún en cultivos en los que se aplican insecticidas, se pueden utilizar los insectos y parásitos ya que los pies de cría se obtienen en lugares donde han aplicado infinidad de productos tóxicos y por el efecto de sobrevivencia aquellos que han logrado permanecer ya no se van a morir con un insecticida o por comer un una plaga contaminada.
Estos insectos y parásitos no solo se utilizan en productos agroalimentarios sino también para plantas de ornato en las que resulta muy práctico ya que orquídeas, rosas o tulipanes generan mucho polen y el insecto rápidamente coloniza y combate a las palomas o moscas blancas que predominan entre esas plantas debido a la temperatura ambiente.
El costo es accesible ya que, por ejemplo, una tira de 4 centímetros por 12 de largo es suficiente para proteger un jardín durante un mes y su costo es de siete pesos ya que todo el pliego contiene 13 tiras, cuando en un centro comercial un agroquímico tiene cuesta, en promedio, 100 pesos.
Cuando de grandes extensiones se trata, el control biológico de plagas representa un ahorro de al menos 50 pro ciento en relación al uso de agroquímicos, indicó el doctor Avendaño Gutiérrez quien urgió a aplicar mejores tecnologías en el campo que respeten el medio ambiente y la salud humana.