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MORELIA, Mich., 17 de marzo de 2016.- Pese a la mala imagen que se tiene ante la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH) respecto a la situación que priva en diferentes centros de rehabilitación de la entidad, hay espacios en los que se brinda una atención integral y que se centra en mejorar la estabilidad en materia de salud de los internos.
Tal es el caso de la Fundación Volver a Vivir, que cuenta con registro y respaldo de la autoridad estatal que, de acuerdo con los trabajadores, lo ha hecho merecedor de reconocimientos diversos por el manejo estratégico en beneficio de las personas que acuden para recibir rehabilitación.
En este sentido, el encargado Johnatan David Arredondo Rodríguez, indicó que la prioridad del centro es dar un trato digno para aquellas personas que han caído en alguna adicción, ya sea de drogas, alcohol o algún otro padecimiento relacionado con desestabilidad emocional.
“Habemos tres personas que estamos atendiendo e incluso piensan que aquí es como otros anexos, que va a haber violencia, pero no, nunca reaccionamos de forma violenta, sino se le va a dar un trato humano, porque es una persona, sabemos que la violencia no cambia nada, si así fuera yo habría cambiado con la primer golpiza”.
Enfatizó que este espacio no se centra solo en personas con adicciones comunes, como alcoholismo o drogas, sino aquellas personas que presentan baja autoestima, compradores compulsivos.
“Buscamos apoyar a las personas de manera espiritual, sabemos que los problemas que hacen caer en adicciones provienen de casa”.
Disciplina y talleres, los distintivos
Además de las jornadas de trabajo, los internos encabezan actividades recreativas, indicó el coordinador, quien refirió que las actividades son benéficas para los internos, pues los apoya a reinsertarse en la población.
Actualmente el espacio tiene capacidad para 48 hombres, y tienen también un espacio destinado solo para féminas, cerca de las instalaciones para varones, en la colonia San Juanito Itzícuaro, en la capital michoacana.
“Nuestra intención es ayudar a que las personas, esta es nuestra misión, llevamos nueve años, tenemos apoyo estatal, queremos ayudar a un montón de personas y ahora buscamos apoyar a una población de niños que están en las calles, o los que el DIF recoge”.
Una vez al mes encabezan una reunión familiar en la que los pacientes pueden tener contacto con sus familiares y disfrutan de alimentación variada, no centrada en la dieta que proporcionan a diario.
Brindan clases con reconocimiento
Este centro cuenta también con espacios habilitados para dar clases a los jóvenes y adultos internos, quienes acceden a instrucción primaria y secundaria, y en el caso del nivel preparatoria, este está en gestiones.
Los profesores que acuden a dar las clases son trabajadores del sector educativo que apoyan de manera voluntaria, sin percibir sueldo alguno, pero cuyas enseñanzas son reconocidas por la Secretaría de Educación en el Estado (SEE).
Proyectan replicar ayuda
Johnatan David Arredondo manifestó que su proyecto de vida a largo plazo es poder contribuir con la prevención de adicciones y llevar pláticas a escuelas para concientizar a los jóvenes sobre los riesgos de las adicciones basado en su experiencia.
“Quiero hacer un libro, ser un mejor consejero para poder ir a escuelas, poder monitorearlas, pedir permisos para entrar y dar conferencias de prevención, pues estar en las adicciones no es nada bueno.
“Yo quería estudiar gastronomía y ser un chef profesional, pero lanzar una marca de ropa, dentro de uno o dos años, quiero hacer un libro de prevención, quiero seguir trabajando en los centros de rehabilitación para que quienes tengan un problema como yo lo tuve pueda salir adelante y que vean que sí se puede”, reiteró.