Sólo han solicitado 2 espacios para operar como estacionamiento en el FMO
MORELIA, Mich., 30 de septiembre de 2015.- Una mañana nublada recibió a los morelianos este miércoles. Morelianos que ya disfrutaban desde temprana hora los antojitos que por las principales calles de la capital michoacana se ofrecían. Aroma a café, atole y fritangas se percibía por las inmediaciones de las principales plazas morelianas para conmemorar un año más del natalicio de su hijo pródigo: José María Morelos.
Tras varios días de preámbulo, llegó este festejo que como cada mañana del 30 de septiembre reunió a todos los funcionarios municipales y estatales; todos colocados frente al monumento ecuestre erigido en honor al Generalísimo José María Morelos; junto a ellos, elementos castrenses y representantes ataviados con pulcros uniformes y la mejor sonrisa, pese al cansancio provocado por permanecer varios minutos de pie, ahora librando el sol gracias al cielo gris.
Minutos después de las 10:00 horas una voz femenina anunciaba el inicio del acto público y posteriormente la voz de orador del evento, el alcalde Alfonso Martínez Alcázar, evocó el legado del personaje histórico nacido en el Jardín de la Nueva España.
“Hoy rendimos homenaje al Insurgente, al estratega militar, al líder político, al legislador, estadista y héroe nacional; al patriota sin par, que enarboló para nosotros y para siempre las banderas de libertad, igualdad, justicia y soberanía, que conducirían a la Patria a su mejor porvenir”, destacó el edil.
Su discurso, orgulloso y victorioso, rememoró las hazañas en la lucha independentista que se centraron en numerosas proezas militares que lo caracterizan para la historia como un brillante estratega militar, “pero también como un político y estadista ejemplar que supo visualizar un nuevo estado, con instituciones que garantizaran la igualdad y libertad de los mexicanos”.
Una vez concluido su discurso, el cual cerró con un efusivo “¡Viva Morelos, Viva Morelia, y Viva México!”, Martínez Alcázar, acompañado por el resto de los presentes, enfundados en trajes, procedieron a colocar ofrendas florales bajo la figura ecuestre, acto habitual, infaltable y el aprovechado para la tradicional foto oficial, posterior a la intervención musical de voces nobles, infantiles, quienes recitaron melodiosamente un texto en honor a quien le heredó su nombre a la capital michoacana.
Acto seguido, tras casi una hora de ceremonia, llegaron los detalles infaltables ‘chacaleos’, buscando reacciones de los presentes; saber qué ocurre en educación, seguridad, justicia, política, salud; y nada, más de lo mismo, funcionarios que usando como pretexto un festejo histórico hacen su aparición, unos hablan, otros evaden, prefieren correr que detenerse, pero eran casi las 11:00 horas y debían acudir al arranque del desfile tradicional, todo entre ‘carreras’, preguntas, risas y estruendos de las bandas de guerra que amenizaron el evento y otras más que se alistaban para recorrer la avenida Madero, todo esto bajo una sombra gris.
Gris, como muchos consideran al actual gobierno, pues entre algunos asistentes se escuchaban susurros respecto a los funcionarios presentes que ya están en sus últimas horas al frente de las diferentes dependencias michoacanas. Bien o mal, pero el fin de la administración estatal se despidió con este evento, probablemente el último encabezado por el gobernador en turno, Salvador Jara Guerrero. Pese a ello, ni por error se acercó a los medios de comunicación. Ni por honrar a José María Morelos. Aquí una vez más no brilló, como de costumbre.
Tampoco brilló el sol, pues fue opacado por las nubes grises que impidieron su aparición; en esta ocasión (afortunadamente) tampoco ‘brillaron’ los discursos cansados, políticos, repetitivos. Esta vez los únicos que brillaron, y para bien, fueron Morelia, su gente y sobre todo, el Generalísimo don José María Morelos y Pavón.