No habrá marcha atrás en la depuración policial: Reyes Vaca

MORELIA, Mich., 1 de diciembre 2013.- Luego de diversas denuncias que se han presentado en medios de comunicación, por parte de elementos policiacos que han sido dados de baja por no haber aprobado el examen de Control y Confianza (C3) y por haber realizado –algunos- actividades irregulares que ameritan su despido inmediato; el secretario de Seguridad Pública, Alberto Reyes Vaca, subrayó que todos los procedimientos se están aplicando dentro del marco de Derecho, con total respeto a los Derechos Humanos y en base a los ordenamientos de la Federación, dentro de lo que especifica en Nuevo Sistema de Justicia Penal.

De acuerdo con un comunicado de prensa, el funcionario dijo: “estamos haciendo lo correcto, en base a la nueva policía que la ciudadanía necesita, con elementos y corporaciones que se ganen la confianza, con resultados, con capacitaciones adecuadas y con proximidad social”, insistió Reyes Vaca, quien adelantó que en breve habrá noticias muy interesantes para el personal operativo de la secretaría, referente a la dignificación del salario del policía, con un tabulador que en su momento dará un giro afortunado a quienes pertenezcan a la corporación.

“No habrá marcha atrás en la depuración de los cuerpos policiacos”, afirmó tajante el General Reyes Vaca, quien abundó que en el precepto que se maneja de “Cero Corrupción, Cero Impunidad”, la dependencia a su cargo está dando vista al Ministerio Público Investigador, de todos y cada uno de los presuntos delitos e irregularidades que se detectaron en la SSP, desde su llegada en el mes de mayo, muchos de los cuales ya se han dado a conocer ante los medios y que siguen en investigación.

Finalmente invitó a la gente a que estén atentos a lo que están haciendo sus hijos, hermanos, familiares y amigos en general, para que en caso de notar alguna actividad ilícita e irregular, se detecte de maneta oportuna para que no se involucren en ningún tipo de actividad ilícita, la cual solo lleva a dos caminos, o la cárcel o hasta la pérdida de la vida ya que los delincuentes no se tientan el corazón para “ajustar cuentas” a quienes se involucren con el crimen.