Arde en llamas un hogar en la colonia Jacarandas, Morelia
MORELIA, Mich., 27 de mayo de 2013.- La nueva estrategia de seguridad que la federación está imponiendo en Michoacán es my parecida a la de 2006 salvo por un par de cosas, más de forma que de fondo: ahora los militares están llegando con brigadas de salud y de desarrollo social, que a lo más podrían generar cambios sólo de matiz, señaló a Quadratín el periodista Juan Veledíaz.
Pero ni siquiera esa medida es original, pues tal política se aplicó en la década de 1960, cuando el entonces presidente López Mateos envió a Apatzingán al general Salvador Rangel Medina a librar la primera campaña en forma contra el narcotráfico, precisa Veledíaz.
De paso por Michoacán para la presentación de su última obra El General sin memoria. Una crónica de los silencios del Ejército Mexicano, el autor encuentra una entidad en crisis institucionalmente desintegrada y atrapada por el desempleo, el estancamiento económico, la desintegración social, la delincuencia.
Mientras las medidas y acciones contra la delincuencia no consideren que “estamos ante organizaciones empresariales del crimen que generan empleo, movimiento económico pues inyectan recursos, y hacen que circule el efectivo”, nada cambiará realmente.
El problema de los municipios de Apatzingán, Tepalcatepec, Buena Vista, Aguililla y toda esa región el tejido social está erosionado, la economía no funciona más allá de lo agrícola, destaca Veledíaz.
En ese contexto los chicos entre 18 y 25 años tienen dos alternativas: agregarse a las filas de pistoleros o se van, migran, y esto no sólo sucede en Michoacán, sino en amplias zonas del país, subraya. “el tema del tráfico de drogas es que tienes una industria, quizá la más exitosa de la economía de libre mercado, su problema es que es ilegal”.
Al menos en Michoacán, como punta de lanza de la política de este nuevo gobierno “quizá pueda haber un cambio de matiz, pero a ver si funciona porque están utilizando el mismo recurso de la fuerza, pero si no hay detenciones de los personajes que manejan muy bien los recursos de la propaganda, que sabe muy bien cómo llegarle a la gente, creo que no va a pasar nada”.
Ya en el tema de su último trabajo, El general sin memoria, el periodista señala que se trata de un perfil biográfico del general Salvador Rangel Medina que fue enviado a Michoacán por el presidente Adolfo López Mateos directamente a Apatzingán a operar la primera campaña en forma contra el narcotráfico.
El libro se ocupa de la forma en la que se desarrolla la primera campaña en forma contra el narcotráfico en esa región del país porque en esa campaña Rangel Medina marcó a la institución, porque hizo cosas en Michoacán que nunca antes se habían hecho como iniciar esta campaña y romper el cacicazgo del general Ireta Viveros, que en ese entonces era el cacique militar. Tuvo que enfrentarse al poder institucional que tenía el general Lázaro Cárdenas y ganarse su confianza.
La otra parte del libro tiene que ver con el desplazamiento a Guerrero del general Medina en donde le toca la campaña militar contra Lucio Cabañas, y él marca una disidencia interna porque no está de acuerdo con la política de exterminio y de bombardeos a la población, con las torturas, con esa política de tirar gente al mar. Eso no se conoce, y es el tema del libro: la disidencia en el ejército acerca de la manera de abordar el problema de la guerrilla, concluye el entrevistado