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MORELIA, Michoacán. 27 de febrero de 2016.- María del Carmen es delgada, mucho. No rebasa los cincuenta años sin embargo luce mayor. Viste una bata en color brillante del municipio. Camina a un costado del Clavijero, lleva una bolsa negra donde va metiendo la basura que encuentra en ventanas y resquicios de las puertas.
Ella es una de las trabajadoras del ayuntamiento de Morelia, se dedica a barrer las calles del Centro Histórico.
Depende de la Dirección de Aseo Público.
Mujer de pocas palabras y muchas ganas de trabajar; no detiene su marcha mientras es entrevistada. No quiere fotos.
Cuenta a Quadratín que lleva ocho años barriendo las calles que circundan las antiguas construcciones coloniales, explica que llega al ayuntamiento, se pone su bata, toma trapo y escoba, y se va al sector que le toque limpiar, después lleva la basura reunida en un contenedor con ruedas a un costado de San Francisco, donde la deja. Ahí termina su jornada. Trabaja de la una de la tarde las ocho de la noche.
Así, parca y trabajadora, va contando que la zona más complicada para su trabajo es alrededor del mercado Independencia, que les toco una buena “chamba” con la visita del Papa, y que le gusta su trabajo.
Recoge todo y lo pone en el contenedor, para seguir caminando en la búsqueda de basura.