Presa de Cointzio, solo al 23% de capacidad
MORELIA, Mich., 27 de septiembre de 2013.- México enfrenta su peor desgracia humanitaria en por lo menos 30 años, pues desde el terremoto que destruyó buena parte de la Ciudad de México en 1985, ninguna catástrofe natural había causado los daños materiales que las tormentas Manuel e Ingrid dejaron a su paso por el país desde el 13 de septiembre pasado, destaca el prestigiado periódico hispano El País en su portal electrónico.
Además de los 139 muertos, los 53 desaparecidos, las 52 mil personas que se han quedado sin techo y el medio millón de damnificados en todo el país, las infraestructuras del país han quedado diezmadas y las pérdidas son inauditas y millonarias.
Los ciclones afectaron a 72 de las cerca de 120 carreteras federales del país y 17 permanecen cerradas desde hace dos semanas. La Autopista del Sol, una vía de pago que une a la capital mexicana con el puerto de Acapulco –uno de los epicentros de la tragedia–, no cobrará peaje hasta nuevo aviso porque la carretera gratuita tiene gravísimos daños y es intransitable. La Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) calcula que la reconstrucción total llevará entre tres y seis meses.
El secretario de Hacienda mexicano, Luis Videgaray, ha afirmado que el fondo de rescate cuenta con una liquidez de 12 mil 500 millones de pesos, y el presidente Enrique Peña Nieto ha dicho que revisará los presupuestos de 2014 para aumentar la cifra a un total de 39 mil millones de pesos.
Pero aun así, la cifra parece insuficiente si se tiene en cuenta que el huracán Paulina, que golpeó el sureste de México en 1997, costó 80.000 millones de pesos (unos 6.145 millones de dólares al tipo de cambio actual; unos 10.000 millones de dólares al tipo de cambio de entonces). Y los daños de Manuel e Ingrid son mucho mayores.
Hay por lo menos 1.2 millones de casas afectadas en todo el país. Solamente los daños en las casas de interés social ascienden a unos 11 mil millones de pesos, casi la cifra entera del fondo de desastres. La reconstrucción de las carreteras se calcula en 30 mil millones de pesos, casi el triple.
Hay también deterioros graves en al menos 2.000 escuelas y 500 han quedado completamente destruidas, según datos de la Secretaría de Educación Pública (SEP) mexicana.
El presidente Peña Nieto había pedido el domingo a los gobernadores de los Estados que revisaran los daños para hacer un cálculo del tamaño de la emergencia. La lista es tan larga como dolorosa.
El agua dañó a medio millón de hectáreas en todo el país y al menos 300 mil han quedado destruidas. Mató también a 100 mil cabezas de ganado. La devastación ha causado un alza súbita en los precios de alimentos como el limón, la cebolla, el tomate y el tomatillo, que se venden hasta cinco veces por encima de su valor antes de las tormentas.