Ataque armado en Uruapan deja un muerto y un herido
MORELIA, Mich., 4 de febrero de 2015.- Con más de 20 años de experiencia como policía, un veterano servidor público ha visto de cerca a la muerte, en su cuerpo tiene las huellas del peligro que todos los días enfrenta en un trabajo por demás criticado, pero que no cualquiera está dispuesto a desarrollar.
Por protección a su integridad, lo llamaremos: Ton. En diez ocasiones ha estado a punto de perder la vida, cuatro de ellas en balaceras, reconoce haber sentido miedo, pero ya después del enfrentamiento “en el momento no piensas, sólo accionas y reaccionas al ataque, tengo un balazo en una pierna y cicatrices por navajazos en los brazos, pero aun así no me rajo” narra el uniformado en exclusiva para Quadratín.
En su carrera policial ha perdido amigos y compañeros, en su haber más de 40, a quienes recuerda con respeto y reconoce su valía al haber caído luchando por preservar la seguridad “siempre nos van a criticar, pero yo he visto morir a mis amigos, dejan hijos y esposas, mujeres también han muerto a manos de la delincuencia, pero eso nadie lo ve”, comenta con un dejo de nostalgia.
Formado en la vieja escuela, tiene un colmillo de viejo lobo de mar, sabe dónde buscar y cómo encontrar a los malhechores, si hay balazos repele, si es persecución alcanza y en procedimientos policiacos en contra de narcotraficantes, tiene en su récord personal, la cifra de 19 tras las rejas.
“Una vez formamos parte de un grupo con soldados y federales que nos fuimos a la sierra, nos emboscaron, matamos tres y detuvimos seis, ya tiene muchos años, pero en medio de la noche y la oscuridad, si se puso fea la balacera, fuimos emboscados”, relata.
Y no todo son historias de policías y ladrones, el corazón se le ha oprimido en casos muy particulares, “una vez llegamos primero a un incendio de una casa, los papás salían a trabajar y dejaban solos a sus hijos de 7, 6 y 5 años, los tres fueron devorados por el fuego, sí se siente muy feo” mencionó.
Los tiempos con la familia han sido el principal sacrificio, pero afirma que ha valido la pena, sacó adelante a su familia y su esposa resultó ser la indicada para él, “siempre me ha apoyado, es una mujer de las que ya casi no hay, su casa la mantiene al pie y a nosotros siempre nos atendió cuidó a mis hijos mientras yo trabajaba y está ahí siempre para nosotros, mi uniforme siempre listo y mi comida caliente, es lo mejor después de 24 horas patrullando” afirmó.
Al final de la charla, confiesa sentirse cansado de tanto año de servicio y se le cuestiona si tiene la renuncia en su mente “tengo dos opciones, o me matan en una balacera o que me jubilen, esto es lo que soy y aquí vamos a seguir trabajando” finaliza