Las matemáticas, un estigma social aceptado y hasta justificado
LA HUACANA, Mich., 18 de agosto de 2014.- Para llegar a esta localidad, considerada de alta marginación, hay que pasar 6 retenes, uno del Ejército Mexicano, otro de la Policía Federal Preventiva y 4 de la Fuerza Rural.
Son resabios de la violencia generada por los integrantes del cartel de Los Caballeros Templarios que no impidieron a adolescentes y profesores del Colegio de Bachilleres ubicarse como la tercera mejor escuela de nivel medio superior del país.
Los resultados de la Evaluación Nacional del Logro Académico en Centros Escolares (ENLACE) 2014, así lo muestran, su promedio es de 99.1 en matemáticas, tan sólo dos décimas abajo que el Tecnológico de Monterrey Campus Morelia que obtuvo 99.3. Arriba de estas instituciones sólo la preparatoria Luzac de Torreón, Coahuila, con 99.4 de promedio.
Y no es casualidad, el año pasado obtuvieron el 5 quinto lugar nacional pero nadie lo cacaraqueo y no solo en matemáticas, también en comprensión lectora, materia en la que obtuvieron 98 por ciento de promedio, 63 alumnos en la categoría de excelente y 36 en la buena de los 130 que presentaron la prueba ENLACE.
El Colegio de Bachilleres está a la entrada de esta población, ubicada a escasos 150 kilómetros de la capital michoacana, pero el recorrido se hace en dos horas y media debido a lo accidentado de la orografía, aún utilizando la autopista Siglo XXI hasta el crucero de Cuatro Caminos.
Por fuera, se ve una escuela bonita, arbolada, con murales sobre el medio ambiente y la vida silvestre. Por dentro, dan ganas de llorar al constatar que el mantenimiento no ha sido el adecuado en los 30 años que tiene de construida.
Durante un recorrido por el plantel, guiados por su director, Carlos Villegas Sánchez, se ve a los alumnos de nuevo ingreso rehabilitando las butacas que van a utilizar, porque no hay suficientes para los 600 que asisten quienes, por grados, se distribuyen en 15 aulas.
Son grupos de entre 40 y 50 chamacos que en tiempos de calor, como en mayo, cuando hay temperaturas hasta de 42 grados a la sombra, se la pasan cabeceando porque no tienen aire acondicionado. Los mejores salones cuentan con uno o dos ventiladores que lo único que logran es mover el aire caliente.
Se observan salones inconclusos, instalaciones eléctricas e hidráulicas en pésimas condiciones, pero algunas aulas son motivo orgullo como en la que se imparte la materia de Orientación, Ciencias de salud y Biología, recién pintada, con pintarrón todavía blanco, maniquíes de un esqueleto y de un cuerpo con los órganos blandos expuestos, aunque es el profesor el que organiza diversas actividades para recabar los recursos que permiten cierto decoro.
El aula audiovisual es la joya de la escuela, parece un teatro, con escenario y sillones como los de las salas cinematográficas y aire acondicionado, gracias a un apoyo de 100 mil pesos para habilitarla. El detalle es que únicamente dispone de 11 computadoras para los 600 escolapios.
Es por eso que a pesar del entorno y de tanta carencia, los alumnos que inician clases el próximo lunes en el Colegio de Bachilleres tienen motivos para sentirse orgullosos, aún cuando estén en una escuela pública, en una población considerada de alta marginación, en un rincón de la tierra Caliente, porque sencillamente están en una de las mejores escuelas del país.