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MORELIA, Mich., 25 de junio de 2013.- No basta con que una persona sea considerada como genio o contar con un coeficiente por arriba del normal para ser aceptado en las mejores universidades de Estados Unidos de Norteamérica, eso lo sabe la familia García Sánchez quien vio como uno de sus hijos se preparó a lo largo de 9 años para poder ingresar a la Universidad de Stanford en California y desarrollar el potencial que desde la primaria llamó la atención de familiares y maestros.
Omar García Sánchez es hijo de migrantes mexicanos (su madre michoacana), quien fue aceptado en Stanford para estudiar Bioingeniería con una beca del 100 por ciento en una institución que se cotiza en 65 mil dólares al año y es considerada una de las mejores universidades del mundo.
Con la experiencia, los padres de Omar saben que el hecho de que su hijo fuera considerado como un genio fue sólo el principio de un viaje que inició en Morelia y culminó en Arizona, a donde habían emigrado años antes.
La señora Guadalupe Sánchez, madre de Omar, consideró que la llave que puede abrir las puertas de cualquier universidad en los Estados Unidos es someterse la Scholastic Achievement Test ( SAT) por sus siglas en inglés y obtener un buen puntaje, tanto en esta evaluación como en el GPA, así como tomar las clases avanzadas (AP). Evaluaciones en las que Omar siempre estuvo por arriba del promedio y fue la causa de que más de 30 universidades en la Unión Americana lo invitaran a formar parte de su alumnado, entre ellas Harvard, Yale, Berkeley, UCLA, NYU y MIT por mencionar sólo algunas.
A raíz de que se dio a conocer el caso de Luis Roberto Ramírez, el niño genio de Zamora, la familia García Sánchez recordó parte de lo que vivieron con su propio hijo y todo el procedimiento que tuvo que acreditar para llamar la atención de las universidades más prestigiadas de Estados Unidos.
“Los niños que son inteligentes van a brillar inmediatamente, en cualquier parte porque tienen el talento y la capacidad… en Estados Unidos tienen un control perfecto, en cuanto ellos (universidades) ven que los estudiantes dan un buen resultado, muy pronto empiezan a llegar las cartas, incluso lo puede hacer desde México”, afirmó la odontóloga de origen moreliano.
Igualmente, consideró que lo ideal sería que radicará en la Unión Americana y comenzara a dominar el inglés, al mismo tiempo formar parte de diversos clubes y realizar actividades altruistas porque con ello es otra forma de llamar la atención de reclutadores, ya que lo que universidades como Harvard y Stanford se interesan por personas no únicamente inteligentes y con buenas calificaciones, sino que sean solidarias con su comunidad.
“Mi hijo siempre me comentó que a las grandes universidades no les gusta que termines antes la escuela porque también tienes que desarrollar tu madurez de acuerdo a tu edad, por ejemplo hay casos de niños que no son aceptados en la grandes universidades porque no tienen la madurez, son inteligentísimos, pero les hace falta madurez y los presionan demasiado”, comentó.
En las evaluaciones Omar García siempre obtuvo calificaciones equivalentes a 10 en toda su preparatoria lo que lo llevó a obtener un GPA de 5.19, mientras que en Stanford el mínimo requerido es de 3.9 en este indicador.
Además tomó muchas clases avanzadas, las cuales fueron determinantes para ser aceptado entre las 38 mil solicitudes que el año pasado recibió Stanford, aceptando finalmente a 2 mil 210 estudiantes entre los cuales se encuentra Omar, pero además la virtud del hijo de estos mexicanos es que de las 252 mil solicitudes de beca, sólo 9 mil pasaron el proceso de revisión; 728 fueron seleccionados, otorgando finalmente 382 becas y de éstas únicamente 28 son para Stanford que cubren los 65 mil dólares anuales y una de estas fue para el joven estudiante de origen mexicano.