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MORELIA, Mich., 19 de diciembre de 2014.- Hasta ahora me siento satisfecho con el trabajo realizado, pero con la convicción de que falta mucho por hacer, dice a Quadratín el doctor Román Acosta Rosales, delegado en Michoacán del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Oriundo del vecino municipio de Tarímbaro y formado en la Escuela Médico militar de las fuerzas armadas, el funcionario federal resume en una frase la intensidad del trabajo: en 18 meses, ha llevado a la delegación michoacana del lugar 32 de 35 delegaciones al undécimo en la escala nacional.
Se dice fácil, 21 escaños en 18 meses. “Este ranking se saca de una ponderación que se hace de los indicadores más importantes de cada jefatura”, desde la Dirección General de la institución, precisa el funcionario.
“Hemos avanzado mucho en todos los órdenes. Te comento, por ejemplo en afiliación y cobranza, estamos en los primeros lugares nacionales en ingresos, y ahorita ya rebasamos en 70 millones el presupuesto meta que nos impone el nivel central, que es del orden de los 4 mil 500 millones de pesos para este año 2014”, señala.
Los avances no sólo se han dado en las áreas administrativas y financieras, sino en la de atención médica, resalta Acosta Rosales. “Te comento, nosotros tenemos una de las tasas de mortalidad materna más bajas en el país, que es uno de los indicadores de mayor peso en esta área”.
Además, destaca el delegado, se ha restablecido la unidad especializada de atención a enfermedades del riñón que estuvo inactiva durante cuatro años a pesar de “que tenemos un verdadero problema de salud pública en la entidad, pues nada más el instituto atiende más de 2 mil casos de diálisis”, refiere.
El delegado federal reconoce que existe saturación en muchos de los servicios del instituto. Sin embargo, una parte sustancial de ella se concentra en los servicios de emergencia a los que llegan innumerables casos de “urgencia sentida”, que no son propiamente urgencias médicas, como diarreas, gripes y otros padecimientos, explica.
Para atender esa situación, “en agosto del año pasado nosotros abrimos lo que es el servicio de urgencias menores o de atención médica continua de la unidad de medicina familiar número 80 que no existía, y esto nos ayudó muchísimo a descongestionar un tanto el Hospital Regional en Charo. Actualmente ese servicio atiende alrededor de 200 pacientes diarios”.
Pero, además de la inversión, el secreto está en la organización del trabajo, la operación y la supervisión. “Constantemente se está supervisando la operación de los funcionarios de la delegación para que los jefes de servicio pasen en visita todos los días a urgencias y estén tomando decisiones sobre la terapéutica de los pacientes que están en observación para ver su evolución y que no estén ahí mucho tiempo”.