El trabajo de las madres merece ser honrado: Fer Álvarez
PARÁCUARO, Mich., 1 de julio de 2013.- Parácuaro, la tierra de los hermosos manantiales que vio nacer desde el coronel Cenobio Moreno hasta Juan Gabriel, es, desde abril pasado, la capital rural de la lectura, gracias al paciente trabajo de María Selene Franco Cárdenas, profesora de la humilde Escuela Primaria Rural Dr. Jaime Torres Bodet, que se ubica en el poblado 20 de Noviembre.
En abril pasado, un círculo de lectura integrado por ocho alumnos de tercer grado ganó un singular concurso nacional denominado Olimpiada de la Lectura, en el que participaron 600 escuelas rurales de los 32 estados del país bajo los auspicios de la Secretaría de Educación Pública (SEP), el Consejo de la Comunicación y las fundaciones SM y Televisa.
“Un buen día estaba yo visitando la página web de la SEP investigando algunas cosas que necesitaba, y ahí me di cuenta de la Olimpiada de la Lectura, me interesó, leí las bases, me interesó. Al día siguiente comenté con los niños, también les interesó, y de repente me vi organizando el círculo”, dijo Franco Cárdenas en entrevista.
Es la segunda ocasión que se realiza a nivel nacional la Olimpiada de la Lectura y su objetivo es utilizar las bibliotecas de aula y escolares de las escuelas primarias del país y darles sentido utilitario, señaló la profesora.
El objetivo me pareció adecuado a la forma de trabajo que seguimos en la escuela, porque ya en segundo grado hemos trabajado ya un poquito con los préstamos (de libros) a domicilio, tenemos organizados a los niños para que ellos presten los libros en la escuela, los acomoden.
Sin embargo, el reto se inició desde la integración del círculo, pues se tiene que integrar con un máximo de ocho alumnos y yo tengo a 12 en tercer grado, así que tuve que dejar fuera del proyecto a cuatro, confiesa la profesora y promotora de círculos de estudio.
Después vino la organización de las madres de familia, y tuve que explicarles el concurso y el apoyo extraordinario que íbamos a requerir, y dejarles claro que se trataba de actividades adicionales a lo que son propiamente las clases, dijo Franco Cárdenas
El trabajo se realizó en tres etapas o bloques. Para el primero bloque, los organizadores nos proponían 15 actividades diferentes de las que nosotros teníamos que realizar cinco de manera obligatoria. Se trataba de actividades acerca de cómo elaborar adivinanzas, desarrollamos el susurrador de poemas para la lectura de poesía, inventamos lo que denominamos juego de los abuelos.
Para darle sentido académico al concurso, yo trataba de relacionarlo con los contenidos académicos del tercer grado de modo que el conocimiento y el concurso se convirtieran en una sola unidad.
A este primer bloque le llamamos consolidación del círculo y en él trabajábamos más la relación de los pequeños con los textos, en tanto que en el segundo bloque ya teníamos que involucrar a la comunidad en las actividades del círculo.
En esas dos etapas se concentraba el grueso de mi trabajo, porque a partir de ahí el trabajo que se hizo para la etapa final fue por completo diferente, de mayor magnitud, de mayor involucramiento de más personas, señaló la entrevistada.
Ahora, nuestro objetivo para el próximo año es realizar en la escuela las actividades que realizamos con los grupos de lectura. Fomentar la lectura, el préstamo de libros tanto a la hora del recreo como a domicilio y realizar las diferentes actividades.
En cuanto a lo que los alumnos van a recibir como premio, pues van a recibir una colección de libros, una estatuilla, un reconocimiento escrito para cada uno de ellos, y esperamos que les haya quedado lo más importante que es el hábito de la lectura, concluyó la profesora.