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APATZINGÁN, MICH. 28 de junio de 2014.- Ha pasado un mes y medio, luego de que la Fuerza Rural corporación de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) fuera puesta en marcha, para que nuevamente se observaran civiles armados en Apatzingán, quienes se apostaron en la salida a Cuatro Caminos, aunque en sus camionetas hay logotipos de la institución.
La tensión es latente, los simpatizantes de José Manuel Mireles fueron desarmados por las fuerzas federales la noche del viernes, sin que se registrara un solo disparo, sin embargo nadie fue detenido.
Esta situación provocó que quienes se encuentran como guardias rurales, reforzaran la seguridad en la entrada del municipio, aunque no de manera visible aún portan los fusiles de asalto AK-47 conocidos como ‘cuernos de chivo’ armas que son prohibidas por el Ejército.
Aunque se preveía que se realizaran manifestaciones a favor del ex vocero de los grupos de autodefensas, no se realizó ningún tipo de movilización de simpatizantes, esto a pesar de que ahí hay un movimiento que apoya a Mireles, el cual está liderado por el sacerdote católico Gregorio López.
Apatzingán, que es el corazón de Tierra Caliente se encuentra en una tensa calma, los patrullajes de la Policía Federal son normales y habituales, también la presencia de personal militar.
Los negocios abrieron de manera normal, en los portales se reunieron personas a disfrutar del fútbol, no hubo violencia, ni algún operativo importante, mientras tanto los fuerzas y guardias rurales comenzaron a distribuirse y reforzar la seguridad.
Todo parece regresar a la normalidad, no hay barricadas y tampoco bloqueos, lejos está aquel Apatzingán de miedo donde era escenario de enfrentamientos y violencia.
La gente sale a la plaza, camina por las calles, todo parece que está restablecido y en franco crecimiento, aunque los problemas parecen internos.