Convocan a reunión ante declaratoria de cerro Grande como área protegida
MORELIA, Mich., 24 de mayo de 2016.- La oferta es amplia y variada, para satisfacer las peticiones del más exigente cliente: música de banda, clásicos ochenteros, baladas, canciones infantiles, lo que el comprador busque solo tiene que pedirlo para que emerja de las cajas que sostienen el puesto sobre la avenida Lázaro Cárdenas. Si no quiere un disco con música, no hay inconveniente, a un costado las gorditas de nata se cocinan lentamente al amor del fuego, pollitos de plástico pían sobre un cartón, los cigarros Marshall o Gol se aglutinan entre pilas y relojes de pulso…
La oferta es tan vasta como las necesidades y caprichos de los consumidores de estos negocios, a pie de calle. Les llaman ambulantes, semifijos, a veces legales, a veces así, “nomás”, porque no queda de otra p porque se gana mejor que en ocho horas de trabajo en alguna tienda de conveniencia.
Hay oferta porque hay demandas qué satisfacer. Una señora con cuatro pequeñuelos llorones calcula la porción exacta de papas fritas que los vástagos deberán comer para que la bolsa de diez pesos alcance para todos; un joven elige sus cigarrillos entre las marcas que parecen Marlboro, pero son hechas en Taiwán, mientras que un sujeto que respira una sustancia viscosa al interior de una bolsa transparente aguarda su turno para acceder a un raspado.
No sólo personas de bajos recursos recurren al comercio ambulante: frente al carrito de los raspados, una joven se decide entre una bolsa Michael Kors y una cartera Channel, para finalmente optar por un bolso Dolce and Gabbana, que sólo costó 150 pesos, luego del infalible regateo.
Quejas y palabras soeces se levantan contra los vendedores ambulantes, que ocupan parte de las aceras destinadas a los peatones y les obligan a transitar por el arroyo vehicular; sustos y preocupaciones causan los inspectores a los oferentes, entre continuas discusiones por la basura, el ruido y la aglomeración de potenciales clientes, pero “mientras haya quién nos compre vamos a estar aquí, porque se algo nos tenemos que mantener”, afirma la señora que atiende el puesto de discos clonados, “no copias, clones”, desde Ludwig van Beethoven hasta Joan Sebastian, de Metallica a El Tri, de Cyndi Lauper a Selena Gómez.