BUENAVISTA TOMATLÁN, Mich., 27 de diciembre de 2014.- Los elementos de seguridad se aproximan a la casa, es el preludio del adiós, todos lloran, tantos los que se quedan, como los que se van.

Mujeres embarazadas, niños,  esposas, madres el dolor no es medible en tales circunstancias, los ex autodefensas piden no llorar a sus mujeres.

Los vehículos oficiales se mueven, el Ejército Mexicano resguarda, la Policía Federal escolta, los agentes de la Procuraduría General de Justicia del Estado, aguardan la orden.

El helicóptero no llega y aunque prefiriesen que no llegara, la expectativa aumenta mientras que los sentimientos salen del cuerpo en forma de lágrima.

Los accesos a La Ruana continúan bloqueados, según Hipólito por gente de Simón El Americano en un intento por impedir que se aclaren los hechos donde perdieron la vida once personas en los cuales ellos solo repelieron la agresión.

Mientras tanto, a lo lejos comienza a escucharse el ruido de hélices de helicóptero que los trasladará hasta el penal de Mil Cumbres en la ciudad de Morelia.

Tres no llegaron, dicen que por miedo, uno se queda herido de una pierna mientras que 26 hombres y una mujer se despiden.

La Comandante Norma Alicia Torres Mora -sobrina de don Hipólito- en un doloroso adiós le pide a sus tres hijos y diez nietos que no lloren, saben que es una injusticia…pero igual la enfrentará como aquel 16 de diciembre a balazos en contra de sus agresores.