Localiza FGE con vida a un hombre en Jiménez con reporte de desaparecido
MORELIA, Mich., 27 de marzo de 2016.- La Cuaresma es una tradición católica que recuerda los 40 días que Jesús ayunó en el Desierto y que permite expiar pecados, pero los morelianos están dejando de seguirla, unos porque no creen, otros porque optaron por las vacaciones, algunos porque su trabajo no se los permite o porque de plano lo consideran una farsa.
En un sondeo realizado en la colonia INDECO Expropiación Petrolera, de seis personas entrevistas sólo una la “guardó”, pero trabajando y traspasándose un poquito, pero eso sí como mucho respeto.
Inclusive creyentes como Rigoberto que en sus años mozos representó a Jesucristo ya no conservan esa tradición porque ahora se asume como la mayoría de los mexicanos, católicos de vacaciones y no guarda la Cuaresma.
“El no comer carne no es que guardes la cuaresma para Jesús o Dios Padre que es representado por Jesús, hijo de Dios; la Cuaresma es de no comer carne humana, que no te comas al amigo, no te comas al prójimo, no habla de que dejes de comer carne, Jesús no dejó de comer carne, eso se ha hecho simbólicamente y se ha vuelto comercio, como la Navidad.
“Son creencias. Yo pienso que lo espiritual es dentro, los latigazos que te puedas acomodar, las rodillas que te puedas pelar para llegar a cumplir una promesa que hiciste es una cuestión personal, yo creo que Dios todo poderoso está siempre… y él no es un Dios castigador, no es un Dios que nos va a juzgar.
“A veces se comete el error de creer que Jesús es Dios y lo ven castigado y lo ven latigueado, lleno de sangre y eso es a veces hasta tétrico. Dios es un dogma de fe nada que ver con los castigos y la vida misma se encarga de cobrar, nadie se va sin pagar la cuenta, todos pagamos y llega el arrepentimiento y alcanzas a pagar ya quien sabe cómo nos vaya con el ser supremo”.
Luis procura guardar la Cuaresma pero la que acaba de terminar no lo hizo. Es la única vez que no la ha guardado y generalmente deja de comer carne y va a la iglesia a dar gracias, lo que la religión manda, dijo.
“Desafortunadamente la situación económica no es tan buena y tuvimos la oportunidad de salir a pasear y que mi hija tuviera la oportunidad de conocer un lugar que no conocía y aprovechamos la oportunidad, realmente si pensamos mucho en hacerlo o no hacerlo”.
Gerardo también es católico pero tampoco hizo la cuaresma porque con su trabajo de policía come lo que encuentra a la hora que puede, pero antes sí la guardaba bien, como se lo inculcaron sus padres aunque se iba a lo tradicional, dejaba de comer carne.
“Anteriormente se hacía por la tradición, ahora la realidad es que casi ya no se hace”, pero a sus hijos si les inculca que la hagan porque ellos comen en casa, pero él anda en la calle y no puede seguir la tradición, al menos como antes se hacía.
Víctoria fue la única de los entrevistados creyentes que sí la guardó pero trabajando y traspasándose un ratito porque, dijo, siempre lleva uno ese espíritu de guardar aunque esté trabajando.
“Sí la guardé, trabajando porque no hay recursos, no descansé ni un día, pero aproveche los días que cerraron para poder vender un poco más; ahorita no puede uno cerrar porque hay mucha competencia; la verdad, yo aproveche jueves y viernes que cierran algunas máquinas –de tortillas- y aproveche esos días, pero guardando el respeto.
“Lo que pasa es que van cambiando los temas y la vida te va haciendo ver otras cosas, vas viendo que realmente hay muchos cambios de religiones ahorita y te llevan y ves otras cosas acá y ves perdiendo un poco… ya no sabes ni qué”.
Antonio Rafael, no es católico y por lo tanto no guarda la cuaresma, pero tampoco pertenece a otra religión aunque se le han acercado representantes de muchas otras para que les confíe su alma.
“Yo creo en Dios y nada más. A mí me enseñaron que adorar estatuas no está bien. Desde que nací esa ha sido mi convicción. Prácticamente de toda mi familia materna ninguno es católico”.
Brenda, es una joven que afirma que “no guardo la cuaresma porque no creo en esas cosas, soy atea”, pese a que nació en una familia católica y sus padres sí guardan la cuaresma.
Ella decidió dejar de creer “por muchas cosas, pero la principal fue por muerte de una tía que le pedí y la verdad no me cumplió. Por eso nada de santos ni de creencias”.