TANGANCÍCUARO, Mich., 25 de agosto de 2015.- Un pedazo de tolete de policía, es la muestra palpable del tamaño del enfrentamiento.

Son las 9:21 de la mañana, más de 12 horas después del “encontronazo” entre fuerzas policíacas municipales y más de 80 jóvenes que protestaban por el presunto suicidio de un joven, en la cárcel preventiva.

Algo, que al menos, aquí nadie cree. Responsabilizan a los municipales de su muerte.

Pese al tiempo, del interior de  El Oferton, una tienda de ropa familiar, aún humean trozos de vigas que cayeron del techo. También de prendas de vestir.

El pequeño portal parece una zona de guerra.

Una joven mujer, se acoge a los brazos de su acompañante. Las lágrimas en sus ojos son evidentes.

Era la dueña de la tienda de ropa. Las lágrimas se justifican, pues perdió más de un millón de pesos, su capital, el trabajo de una vida.

La fachada de la alcaldía, resguardada por decenas de efectivos del Grupo de Operaciones Especiales, se ve totalmente destruida.

También a un costado, los techos del pasaje comercial Los Ángeles, de la Farmacia El Señor de la Salud y una papelería, se vinieron abajo, con todo tejas y vigas, que sucumbieron ante el voraz fuego que generó la quema de la patrulla 00-356 de La Fuerza Ciudadana.

Y ante los hechos violentos, paradójicamente la entrada de la alcaldía revela una manta con la cita: “Misión del Gobierno: fomentar la unidad y la organización ciudadana”; otra más: “Visión: Generar un ambiente propicio para el desarrollo”.

Y lo remata el slogan gubernamental: “Un gobierno cerca de ti”.

¡Zas y recontra zas!

Afuera, en la plaza, decenas de habitantes observan con asombro el nivel de los daños.

Ya bajo la tensión. Pero el reclamo y enojo popular sigue.

Varias mujeres acusan a los uniformados de iniciar la “agresión”; los acusan de disparar contra los manifestantes.

“Se envalentonaron cuando vinieron los refuerzos y sacaron corriendo a los jóvenes. Los agredirían a golpes, con piedras y balazos”, acusan.

Tangancícuaro, entrada a La Cañada de Los Once Pueblos; lugar pacífico, perdió su tranquilidad.

Los violentos disturbios de la noche del lunes, lo pusieron en la escena estatal y nacional.

Hoy regresa a la calma.

Ya pasó la pesadilla.