CCRISTOS no debate con delincuentes: Padre Goyo

APATZINGÁN, Mich., 8 de enero de 2015.- El fundador de la organización CCRISTOS, el padre Gregorio López Gerónimo, mejor conocido como padre Goyo se negó a responder a las declaraciones del Nicolás Sierra Santana, líder del grupo conocido como Los Viagra en la región de la Tierra Caliente Michoacana.

Según un comunicado de prensa, enfático el religioso señaló “la organización CCRISTOS está preocupada por el desarrollo social y productivo de la tierra caliente y no por defenderse de calumnias de criminales; a nosotros nos corresponde la paz y el bienestar; a ellos les queda su guerra de violencia y de sangre. Esas son sus miserias humanas y que se queden con ellas”.

Aunado a ello, el padre Goyo insistió en su demanda porque la federación aclare la situación jurídica de los llamados Viagras. “Es imperativo que la autoridad competente nos diga a los michoacanos cuales la condición en la que se encuentran estos individuos que siguen cobrando cuotas y causando terror en tierra caliente. Existen evidencias públicas de su relación con La Tuta y es urgente que las autoridades nos expliquen que hacen armados y con uniformes de guardias rurales”.

Sobre la acusación de Sierra Santana de tener relaciones con mujeres, Gregorio López insistió en que se trata de una calumnia a la que restó importancia y se limitó a señalar: “Sí tengo muchas mujeres. Son más de 400 viudas que trabajan en CCRISTOS buscando bajar proyectos de empleo temporal, de deshidratadoras de fruta y de diversos proyectos productivos. Esa es nuestra razón de ser, como lo diría el Santo Padre: servir a los más pobres y no servirnos de ellos, como lo hacen algunos criminales y políticos.”

Finalmente el sacerdote señaló que el día de hoy participó, junto al Padre Alejandro Solalinde, el obispo Raúl Vera López y Javier Sicilia, en la Conferencia sobre Justicia y Solidaridad Social de la Iglesia que se celebró en la Universidad Pontificia de México en la capital del país, en la que “se abordaron los retos de nuestra Iglesia en medio de un mundo exigente y cambiante y frente a un gobierno pasivo e incluso cómplice”.