MORELIA, Mich., 26 de julio de 2013.- Los elementos policiacos asignados a una que otra caseta de vigilancia de las 60 que hay en esta capital, viven con más temor que los ciudadanos ya que no solo se tienen que cuidar de los delincuentes, también de sus jefes para no sufrir represalias.

El mando único y coordinación entre los tres niveles de la administración pública para la prevención del delito quedó en entredicho durante un recorrido por esos puestos que originalmente se llamaron  de policía vecinal y luego de policía de proximidad, pero que nadie sabe con exactitud cuántos hay, cuáles operan y cuáles no y bajo que mando están.

El jueves 18 de julio, el elemento asignado a la caseta de la colonia Oviedo Mota, ubicada entre las calles Margarita Maza de Juárez y avenida Universidad se presentó a trabajar ebrio, a tal grado que no pudo contestar las preguntas que se le hicieron sobre el funcionamiento del quiosco. Únicamente repetía: “no me compete, busquen al comandante”.

Se reportó al ayuntamiento capitalino y aunque, a través de comunicación social se nos informó que el subdirector se dirigía en ese momento hacia la caseta, 40 minutos después no había llegado. Una hora después la administración municipal se deslindó al informar que esa caseta correspondía al gobierno del estado.

En la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), personalmente, el general brigadier Alberto Reyes Vaca, pidió los datos de la ubicación de la caseta y ofreció verificar la denuncia aun cuando las casetas corresponden al municipio, indicó. Después se informó que es el único puesto que todavía está en proceso de entrega al ayuntamiento moreliano.

Un cuarto de hora después el militar se comunicó para informarnos que el policía no solo estaba ebrio sino que portaba una pistola nueve milímetros y 12 cartuchos, por lo que sería consignado ante el Ministerio Público Federal, donde quedó a disposición y se le inició averiguación previa.

Es posible que no haya sido la primera vez que eso ocurría ya que los vecinos, argumentando que estaban muy ocupados no quisieron hacer comentarios. Los oferentes de tacos y frutas de la explana donde se ubica la caseta tampoco quisieron hablar sobre el tema porque los conocen.

Esa caseta es una de las excepciones en las que hay un policía. La ubicada en una de las esquinas que forman las calles Joaquín Amaro y Martín Castrejón, está abandonada, con las puertas de par en par.

Vecinos del lugar comentaron que tiene medio año abandonada y lo lamentaron porque cuando había policía no ocurrían tantos robos a viviendas, comercios y de autos, como sucede actualmente.

Inclusive, casetas ya pintadas con el logo de la actual administración municipal están solas, con los cristales rotos y las puertas grafiteadas, como la ubicada en el periférico, esquina con Camilo Camacho, en la colonia Balcones de Morelia.

Fernando Alanís Rivera, representante vecinal de esa colonia indicó que desde que fue construida la caseta nunca se ha asignado a un elemento policiaco y aunque lo hubiera poco podría hacer ya que el vecindario es grande.

La desolación de la caseta instalada en el boulevard de Las Primaveras y Paseo de las Galeanas, es la misma que embarga a toda la colonia Prados Verdes: derruida, grafiteada, cristales rotos, polvorienta, sin medidor de energía eléctrica y cancelada la toma del Organismo Operador de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento (Ooapas).

Hay algunas que de plano han sido invadidas por indigentes como la ubicada sobre el camellón de la avenida Camelinas en la colonia Ocolusen a cuyo morador evadimos entrevistar por su actitud agresiva.

En las pocas casetas en las que hay un policía asignado por la administración municipal, no es posible identificarlos porque portan uniforme de la policía estatal debido a que no les han dotado de la vestimenta oficial.

“Desde que salí de la academia, nada más he recibido mi camisola, mi pantalón y unos zapatos; por cierto anduve pie tierra y se acabó, el sol lo quemó y uno, con el afán de no andar tan descolorido, vas y lo compras por tu cuenta”.

La inversión que hacen los policías para poder estar presentables en su trabajo oscila entre los mil 500 y dos mil pesos ya que una playera polo cuesta 150 pesos, el pantalón arriba de los 300, las botas van de los 300 a los mil 200, dependiendo de la calidad, las camisas 180 pesos.

A año y medio de que egresó la primera generación de policía acreditable, comisionada al municipio, únicamente se dotó, hace medio año, de chalecos balísticos por parte de la SSP, pero todavía no portan armas.

“No tengo un arma, tengo chaleco, un chaleco balístico pero no cuento con arma, nada más cuento con una lámpara y un tolete para cualquier cosa”.

-Si el delincuente viene armado usted no tiene mucha oportunidad de actuar con un tolete.

“Desgraciadamente no, si viene armado lo que tengo que hacer es cerrarle la puerta y esconderme, es una desventaja no tener arma, si el delincuente te ve uniformado piensa que andas armado, él no va a pensar que no traes arma, él llega con arma y te agrede”.

Según los policías que accedieron a dar entrevista con la condición de no ser identificados por temor a represalias de sus jefes, los uniformes y las armas están en cajas en el M6 o dirección de seguridad ciudadana del municipio y son resguardadas por varios de sus compañeros.

El comisario Guillermo Romero Robles aseguró que están entregando los uniformes pero, contradictoriamente explicó que como la mayor parte de los elementos son de la policía acreditable comisionados al municipio, y se tienen que concentrar en su formación por el momento no se les pueden otorgar los uniformes, además de que los uniformes de la policía van a ser con una identidad del municipio.

Lo mismo ocurrió en sus declaraciones sobre la falta de armamento ya que en un momento de la entrevista dijo que ya se entregaron, en otro que apenas las están recibiendo y luego que están haciendo las gestiones ante la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

Reconoció que un solo elemento no puede actuar, se requiere, al menos de una pareja aunque el hecho de que cuenten con tonfa, macana o tolete y un medio de comunicación como son los radios mantra, pueden solicitar los servicios y no exponerse al peligro.

El funcionario señaló que si los vigilantes de las casetas están dentro de ellas no  tienen proximidad con la sociedad y no tienen la eficiencia requerida pero sí la tiene el patrullaje que ha permitido reducir el índice delictivo de mil 523 incidencias en abril pasado a mil 202 el mes pasado.

Incluso dijo que las casetas no van a resolver el problema de la inseguridad pública aunque descartó que vayan a desaparecer definitivamente ya que serán incorporadas a la nueva estrategia que está diseñando la actual administración.

“Esperemos a la nueva estrategia de instalación de las estaciones de policía –por sectores- y entonces si vamos a tener un mayor contacto con la sociedad y le vamos a dar un cambio a la casetita que no va a solucionar el problema de inseguridad pública sino que, con las estaciones de policía, vamos a dar eficiencia y eficacia de corresponsabilidad entre el ciudadano y la autoridad”.

La percepción de los elementos a su cargo es diferente: “el problema son las patrullas, veo que los compañeros traen unidades bien desgastadas, traían tipo Charger, pero ya se los pasaron a lo que es peritos y lo que es prevención traen Platina que no ni qué año sean pero están todos viejos, se calientan, tienen que pararse porque se caliente y ya no quieren jalar”.

El comisario aceptó que las unidades están deterioradas pero no son viejas, son modelos 2011 y 2010, mientras que los de la Policía Federal con 2006 o 2007; lo que ocurre es que los elementos no están capacitados para manejar ese tipo de vehículos y por eso se hizo el cambio.

-Pero son policías acreditables, se le comentó al funcionario quien dijo que no está para criticar su formación y optó por descalificar a nuestros informantes:

“Son justificaciones, muchos de los elementos, a lo mejor, no traen la vocación del servicio bien integrada en su persona, valores que fueron fomentados en su formación de policías”.

Romero Robles negó también que ejerza represalias contra los elementos que hablan con la prensa, a raíz de una declaración de que cubrían turnos de 12 por 24 horas.

“Eso no es cierto, ha de ser una sola persona, yo le puedo demostrar que nosotros trabajamos con puertas abiertas, con atención directa”, pero ante la aclaración de que no fue uno sino varios los policías entrevistados, retó a la reportera a “buscarle” y encontrar a algún elemento que dijera la verdad sobre el motivo de la sanción.