Separar la justicia del dinero, plantea Ibarra, candidata a SCJN

MORELIA, Mich., 13 de mayo de 2025.- “Debemos separar el poder del dinero de la justicia para que no se pueda comprar ni corromper”, afirmó la candidata a ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Ana María Ibarra Olguín, al participar en un encuentro con estudiantes del Colegio de San Nicolás de Hidalgo, donde compartió su visión de una justicia honesta, empática y con sentido social.
Frente a una audiencia mayoritariamente joven, en el Aula Mater del Colegio de San Nicolás, Ibarra advirtió que el sistema judicial mexicano ha sido durante años una “caja oscura” que propició la corrupción, el nepotismo y la compra de sentencias.
En la oscuridad todo puede pasar”, expresó, al señalar que esa forma de impartir justicia no sólo alejó al Poder Judicial de la ciudadanía, sino que generó un sistema de privilegios donde “quien podía tener una respuesta era quien podía pagar un gran abogado”.
Señaló que este modelo priorizó el proceso por encima de la justicia de fondo, y que eso generó una profunda desconfianza social. “El proceso es un medio para alcanzar la justicia, no un fin en sí mismo”, dijo.
Subrayó que la transformación constitucional en curso debe servir para revertir estas prácticas y colocar en el centro a la gente, especialmente a quienes han sido históricamente excluidos del acceso pleno a sus derechos.
Acompañada por académicos que destacaron su trayectoria en la Suprema Corte, en Naciones Unidas y como profesora en instituciones como el CIDE, el ITAM y la Universidad Iberoamericana, Ana María Ibarra compartió su historia personal como ejemplo de movilidad social a través de la educación pública.
Nunca me imaginé poder ir a Estados Unidos a estudiar mi maestría y doctorado”, relató. Recordó que a los 25 años ingresó como secretaria proyectista en la Corte, siendo la más joven de su generación, y desde entonces participó en casos emblemáticos como el de la Guardería ABC.
Durante su intervención, explicó el papel de las personas juzgadoras y destacó que su labor no se reduce a aplicar códigos de forma automática.
"Con nuestras decisiones también creamos derecho”, afirmó, al mencionar su participación en el caso que abrió paso al consumo lúdico de marihuana en México, argumentando que no había razón para su prohibición absoluta frente a sustancias legales como el alcohol y el tabaco.
Subrayó que una justicia con equidad debe emparejar las condiciones desde el inicio de los procesos judiciales, porque “aunque todos somos iguales ante la ley, no todos venimos de donde mismo ni enfrentamos los mismos obstáculos”.
Planteó que las y los jueces tienen herramientas para corregir esas desigualdades estructurales, por ejemplo, entendiendo las barreras que enfrentan las personas con discapacidad o reconociendo el valor cultural y comunitario de la tierra para los pueblos indígenas.
Juzgar con empatía no es decidir siempre a favor de los más vulnerables, es entender sus dificultades para que no sean un obstáculo para el acceso a la justicia”, explicó.
Ana María Ibarra dijo que su candidatura representa renovación, juventud y un compromiso con los derechos sociales. “Yo seré la Ministra de las Libertades y la Ministra de la Equidad”, sostuvo.
Reiteró que no es política y que en esta elección no hay partidos, sino una conversación directa entre ciudadanas y ciudadanos. Aseguró ser la única candidata que ha presentado su declaración 3 de 3: fiscal, patrimonial y de intereses.
“Estoy aquí porque creo en la lucha social y en la justicia para todas y todos”, expresó, al invitar a conocer su propuesta en la página www.anamariaibarra.com y recordar que aparece en el número 17 de la boleta.
“México merece jueces y juezas honestas, que resistan las presiones políticas y económicas. La gente sabe qué ministros necesita: gente preparada, sí, pero sobre todo gente honesta”, concluyó.