MORELIA, Mich., 19 de junio de 2020.- Sin tener conocimiento alguno sobre costos, medidas sanitarias o de seguridad, el pleno de la 74 Legislatura aprobó como recinto alterno el Palacio Clavijero para la realización de sesiones presenciales, luego de más de una hora de acusaciones y calificativos entre los que estaban a favor y los que estaban en contra.

Como es costumbre en las sesiones virtuales la mayoría de los diputados quiso lucirse y la nueva presidente, Brenda Fabiola Fraga, no supo poner orden a tiempo, se dijeron güevones y payasos, en lo que fue un ínfimo debate para finalmente aprobar el recinto alterno por 27 votos a favor y nueve en contra.

Fueron 16 intervenciones de diputados, algunos dos y hasta tres veces, pero en general los que estaban a favor acusaron a los que estaban en contra de no querer trabajar, pero sí cobrar, no como la mayoría de los michoacanos que ha tenido que salir a buscar el pan de cada día.

Los que estaban en contra acusaron a los que estaban a favor de ser irresponsables ante la crisis sanitaria en la que se encuentra Michoacán por los contagios de Covid 19, ante la información confusa de las autoridades federales que ha propiciado que se salga de control la epidemia.

Una y otra vez salieron a relucir los nombramientos que tienen pendientes por falta de acuerdo político como la designación de dos magistrados y un consejero del Poder Judicial, el titular de la Comisión Estatal de Derechos Humanos o el comisionado del Instituto Michoacano de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales.

La chunga la propició el diputado Marco Polo Aguirre al señalar a su par David Cortes de estar en la sesión con su cachucha en una evidente falta de respeto, quien le contesto que si traía gorra era porque estaba haciendo ejercicio porque las sesiones virtuales eran una payasada y él siempre ha estado en contra.

Más de una hora de una hora se llevaron ese tipo de señalamientos abusando de la rectificación de hechos y las alusiones personales hasta que finalmente la diputada Laura Granados le pidió a la presidente que pusiera orden y aplicara la ley con lo que se terminó la discusión.

Fue entonces en la votación cuando tres legisladoras que votaron en contra del resolutivo dejaron claro de lo que se trataba, Araceli Saucedo, Laura Granados y Miriam Tinoco, en el orden que emitieron su voto.

Saucedo lamentó que la discusión se centrara entre si quieren o no trabajar porque dos sesiones por semana, una virtual y una presencial, dejan claro que ese no era el punto a discutir; Granados pidió la información económica, sanitaria y de seguridad del recinto alterno y Tinoco demandó calidad en los asuntos a tratar y exhortos o posicionamientos que abundan en cada sesión presencial.