MORELIA, Mich., 12 de mayo de 2021.- En relación a lo expresado por ciudadanos en los temas de medio ambiente, migración e inclusión de grupos vulnerables, Juan Antonio Magaña de la Mora, candidato a la gubernatura de Michoacán por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), solo alcanzó a tocar el tema de medio ambiente, donde destacó que un gran problema representa la tala inmoderada.

Dijo que en Michoacán nos estamos quedando sin bosques y sin agua, el problema de la tala inmoderada de los bosques tiene que corregirse, dijo y esto debe ser inmediato; “habría que preguntarle a los gobiernos estatal y federal, qué es lo que ha sucedido, seguramente los candidatos en su oportunidad, podrán explicarlo”.

El magistrado señaló que a él le quedaba muy claro que se puede aprovechar la madera, pero también reforestar. En ese sentido, puso como ejemplo a la comunidad indígena de San Juan Nuevo, la cual hace 40 años empezó a aprovechar el producto de madera con un área aproximada de 18 mil hectáreas, y a 40 años de distancia, sigue teniendo esas 18 mil hectáreas, pero tienen más árboles que con los que iniciaron hace 40 años.

Esto quiere decir, expuso, que a través de programas bien elaborados, se puede recuperar nuestras áreas de árboles. El agua también es importante, dijo, se debe evitar que se siga cambiando el curso de los ríos que abastecen a lagos, “tenemos también que llevar acuerdos con el Gobierno Federal para el efecto de tratar el tema de la aportación que hace Michoacán al sistema Cutzamala, que da agua al Distrito Federal, y cuando hay un aprovechamiento no la regresan, sino a veces o siempre va a del otro lado del Distrito Federal, con lo que ya no existe un aprovechamiento de esa agua”, aseguró.

Ante la pregunta de la periodista Daniela Flores, sobre la autonomía económica que piden algunas comunidades en Michoacán, si esto no generaría un conflicto social, el magistrado dijo que se vive en un sistema federalista, basado entre otras cosas, en la fortaleza de los municipios.

A través de procedimientos transparentes, dijo, se puede asignar recursos a los ayuntamientos a los que pertenecen las comunidades, y etiquetar ese presupuesto para atender necesidades diversas de las culturas indígenas, mazahua, otomí, náhuatl y purépecha, “y habría que ver si no quedan algunos grupos de pirindas en el valle de guayangareo”, expresó.

Se tiene que atender de manera diferenciada, dijo, “porque cada uno de estos grupos indígenas merece un tratamiento diferente, que es lo que ha faltado al establecer políticas públicas generales que no atienden a sus reclamos”, concluyó.