MORELIA, Mich., 11 de septiembre de 2018.-¡Viva Chile! ¡Vivan los chilenos! ¡Viva el pueblo!

Esas fueron las últimas palabras de Salvador Allende, luego de suicidarse en el Palacio de la Moneda, aquél 11 de septiembre de 1973.

Así lo confirma un documental que fue exhibido hoy en el auditorio de la Facultad de Historia de la UMSNH.

En el marco del 45 aniversario del golpe de estado a ese país sudamericano, la facultad convocó a un acto para recordar uno de los episodios más negros de la intervención norteamericana en Latinoamérica.

Salvador Allende, según el documental, arribó al poder tras cuatro intentonas.

A la edad de 43 años, Salvador Allende fue un demócrata que confiaba en que la ruta de la transición democrática tenía que darse por la vida pacífica, del sufragio ciudadano, pese a compartir similitudes con Ernesto Che Guevara y Fidel Castro, este último a quien abrió las puertas de Chile.

Transmitido a través de Arcoiris TV, el documental revela que a la edad de 19 años, el médico de profesión busco una curul en el Congreso chileno por el distrito de Valparaíso.

Desde sus inicios como médico y legislador, Salvador Allende conoció el Chile verdadero, el de la pobreza, la marginación y la exclusión.

Su triunfo en las urnas fue tomado como una amenaza del socialismo por parte del gobierno estadunidense, encabezado en ese entonces por Richard Nixon.

Desde la Casa Blanca, la tenebrosa CIA alentó a los grupos de ultraderecha a boicotear el gobierno socialista de Allende, cuyo lema era Pan, Techo y Trabajo.

Y no obstante que en 1972, un años antes de su muerte, Salvador Allende emitió un duro discurso en la sede de la Organización de las Naciones Unidas contra la política intervencionista de los Estados Unidos.

Y pese a desaparecer el latifundio, nacionalizar la banca, los recusos minerales y adoptar una serie de medidas nacionalistas que fueron acogidas con beneplácito por el pueblo chileno, la huelga camionera de octubre del 72, que paró a más de 70 mil camiones, puso a prueba el gobierno socialista, tras agotarse el combustible y complicarse el abasto de alimentos.

Allende logró sortear todos los obstáculos de la ultraderecha, pero la el golpe de estado encabezado por el general, Augusto Pinochet, surtió efecto ese 11 de septiembre del 73.

“La democracia latinoamericana se vistió de luto”, declaró Bety Allende, la hija del malogrado mandatario, que tuvo que exiliarse en La Habana, Cuba, donde en el 77 se quitó la vida al igual que su padre.

“Rompió con un estilo habitual de hacer política. Será difícil recuperar su imagen e integridad política y humana en alguien más. Esa imagen la necesita la política actual para reivindicarse”, dijo su viuda a los micrófonos de Arcoíris TV.

Tras el golpe, Salvador Allende fue enterrado en Viña del  Mar, en una tumba sin nombre.

Fue un 11 de septiembre, como hoy, cuando murió Salvador Allende y con él, los aires libertarios y democráticos de un continente que entró en una dinámica de cambio que a la fecha no concluye.