MORELIA, Mich., 4 de noviembre de 2020.- El Congreso del Estado impulsa la inscripción en la lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad del Juego de Pelota P’urhépecha o Uárukua Ch’anakua, a propuesta del diputado Osiel Equihua.

El legislador de Morena presentó un punto de acuerdo que se analizará, discutirá y dictaminará en la Comisión de Cultura y Artes para solicitar el titular del Ejecutivo federal, a que instruya a los titulares de las secretarías de Relaciones Exteriores y la de Cultura para que realicen los trámites necesarios ante el Comité Intergubernamental para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.

En la propuesta de Equihua se hace un llamado también al Ejecutivo estatal para que instruya a los Titulares de la Secretaría de Cultura, la Comisión Estatal para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, y la Comisión Estatal de Cultura Física y Deporte, para que realicen los trámites pertinentes y coadyuven con las dependencias federales, a fin de brindarles el material necesario.

La petición a que esas dependencias impulsen acciones encaminadas a desarrollar y fomentar el Juego de Pelota P’urhépecha o Uárukua Ch’anakua, a fin de coadyuvar a la salvaguarda y promoción de esta tradición.

En su exposición de motivos el legislador de Morena señala que en años recientes ha habido un renacimiento cultural de los pueblos p’urhépecha, lo cual ha permitido visibilizar su participación histórica

En este contexto, se dio la creación de la Bandera P’urhépecha en 1980 o el inicio de la Ceremonia del Fuego Nuevo en 1983; logrando la reafirmación de un comunalismo ancestral, que resultó en la recuperación de juegos rituales, como lo es el juego etnomatemático del Juilichi y en especial, el Juego de Pelota P’urhépecha.

La historia del Uárukua Ch’anakua se remonta a tres mil 500 años atrás, de acuerdo con los vestigios encontrados en la tumba de tiro El Opeño, localizada en Jacona. Sin embargo, hasta 1984 en el Primer Encuentro de Juegos Prehispánicos celebrado en Aranza, es que se dieron las condiciones necesarias para consolidar la primera remembranza del Juego de los Bastones o Uárukua Ch’anakua.