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MORELIA, Mich., 18 de agosto de 2019.- Francisco Javier Valencia es el cura de la iglesia de San Ildefonso en Taretan está haciendo un negocio de la fe y en lugar de atraer fieles los ahuyenta, afirmó Fabiola Castrejón, quien junto con otros feligreses de esa iglesia hizo la denuncia ante el arzobispo de Morelia, Carlos Garfias.
Un grupo de creyentes vino a Morelia para entregarle un escrito al arzobispo, luego de la rueda de prensa dominical, apelando a su jerarquía, porque el obispo de Zamora, Javier Navarro, los ha ignorado pese a estar enterado de que el padre Valencia maltrata a la feligresía porque el propio sacerdote pregona que le da sus buenas limosnas para que no haga nada.
Castrejón explicó que la situación es muy triste porque el padre Valencia les niega los sacramentos y como ejemplo, mencionó a que los niños que quieren hacer su Primera Comunión les exige asistir a 60 misas y los amenaza con castigarlos con una más cada que faltan y los padres deben aprenderse dos libros que le tienen que comprar.
Si los niños, a la hora de entregar su rezo fallan a una de las 190 preguntas que contiene la catequesis ya no les permite hacer la Primera Comunión y la gente prefiere irse a otras parroquias donde facilitan ese sacramento y si después vuelven a su parroquia y están en la fila para tomar la comunión el sacerdote los humilla sacándolos de la fila y diciéndoles que vayan a la iglesia donde hicieron la Primera Comunión.
Aludió también a la insensibilidad del sacerdote porque las misas de cuerpo presente las programa a la hora que él quiere y no a la que solicitan los dolientes, a las siete de la mañana y, si insisten en otra hora les pregunta que “si le sacaron las tripitas” para hacer la misa más tarde.
Les quitó tradiciones como la del viacrucis viviente o las apariciones del 12 de diciembre, pero lo más grave es que ha desaparecido los grupos parroquiales y solo permanecen los que el autoriza, siempre y cuando le pague 50 pesos semanales cada uno de los integrantes de los grupos parroquiales.
Castrejón señaló que lo único que quieren es respeto de parte del sacerdote que anteriormente fue expulsado de la iglesia de San Ángel Zurumucapio por ese mismo tipo de acciones y evitar que pueda haber violencia como ha ocurrido en la Meseta Purépecha.