CDMX, 20 de abril, 2017.- En México sigue pendiente el diseño y ejecución de un sistema de rendición de cuentas que permita la transparencia del manejo de recursos por parte de servidores públicos de los poderes institucionales y de los tres niveles de gobierno, es decir, es urgente, no sólo la aplicación de las leyes en la materia, sino dotar de un conjunto de mecanismos al alcance de los ciudadanos para vigilar el quehacer político, pues la corrupción y la impunidad rebasan a las instituciones de procuración e impartición de justicia.

Se han logrado avances en cuanto al acceso a la información, pero son insuficientes, la fiscalización de los gastos y la evaluación de políticas públicas son limitadas y lo que es peor no somos capaces de distinguir entre un botón de muestra de la corrupción que impera en nuestro sistema político y las condiciones o causas que provocan el fenómeno.

La actuación pasiva de las autoridades del gobierno federal desvía la atención del verdadero problema, y los actores de las distintas fuerzas políticas se enfrascan en una discusión estéril que no analiza a fondo la situación, derivada de una falta de rendición de cuentas, sin soslayar que ellos también son corresponsables por omisión o complicidad.

 

Sigue con el texto: Quadratín Debate