Se compromete Mónica Valdez a ejercer recursos públicos sin corrupción
CIUDAD DE MÉXICO, 3 de septiembre de 2016.- La confirmación de la muerte de Islam Karimov, el único presidente que haya conocido Uzbekistán desde que se desintegró la Unión Soviética en 1990, era esperada con preocupación desde el 29 de agosto.
Su deceso, opinó The Washington Post, “ofrece la posibilidad de inestabilidad, pero una muy leve probabilidad de cambio” para un país al que gobernó con mano de hierro desde antes incluso de la disolución de la Unión Soviética.
De acuerdo con Excélsior, la muerte preocupó a Washington, Moscú y Beijing, desde que el pasado agosto su hija Lola Karimova reportara que había sido hospitalizado por una hemorragia cerebral.
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